domingo, 13 de junio de 2021

El poema de la semana

 El mes de junio avanza a pasos agigantados hacia el final de este curso tan "atípico", llegamos al final de nuestros poemas semanales y que mejor forma de hacerlo que con la recientemente galardonada con el prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. la poeta portuguesa Ana Luisa Amaral (1956), 



Nacida en Lisboa, Ana Luisa Ribeiro Barata do Amaral es traductora, escritora y poeta, profesora universitaria y destacada defensora del feminismo. El jurado que le ha concedido el premio destaca de ella su «compromiso con los derechos humanos, las libertades y, sobre todo, con la voz de la mujer.»

Por su parte, la propia poeta - bastante desconocida hasta ahora en nuestro país - declara que «la poesía es en mi vida como respirar, yo no sé pensar, ni sentir, sin poesía. Desde que me recuerdo, desde que sé poner una palabra delante de la otra, pienso y siento con ritmo, con música. Puede ser trágico a veces, cuando la poesía se sobrepone a la vida, pero a veces la poesía también salva la vida.»

Lee aquí una entrevista completa a Ana Luisa Amaral

La poesía de Ana Luisa Amaral es una mirada a lo cotidiano, una reflexión constante sobre lo que nos rodea. Podéis comprobarlo en este poema suyo, perteneciente a su obra Entre dos ríos y otras noches (2007).

Una botánica de paz: visitación

Tengo una flor

de la que no sé el nombre

En el balcón,

en común acuerdo

con otros aromas:

la flor del beso, un rosal,

una mata de hierba luisa

Pero esos son prodigios

de la mañana siguiente;

es que esta flor

generó hojas de verde

asombro,

minúsculas y leves

No la amenazan bombas

ni románticos vientos,

ni misiles, o tornados,

ni ella sabe, aunque esté cerca,

de la sal inversa

que el mar trae

Y el cielo azul de Otoño

fingiendo Verano

es para ella una bendición,

con la poca agua

que le dio

Debe ser esto

una especie de paz:

un secreto botánico

de la luz

lunes, 7 de junio de 2021

Una dramaturga del Siglo XVII

Entre los autores de la comedia nueva no solo figuraron voces masculinas como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina, sino que también comenzaron a estrenar con notable éxito las primeras dramaturgas en lengua castellana, como Ana Caro, célebre por sus comedias de capa y espada y no sólo escribía obras de teatro que fueron aclamadas e incluso exaltadas por literatos de gran fama, sino que se dedicó profesionalmente a confeccionar por encargo relaciones

Ana Caro de Mallén cobraba por su trabajo, era escritora de oficio, su dedicación a la escritura no es sólo el resultado del gusto por escribir, sino que hace de la literatura una profesión. Ese era su trabajo, su forma de ganarse la vida. 


Entre sus obras destaca Valor, agravio y mujer, una interesante pieza teatral en la que toma como punto de partida las convenciones sociales de la época para reflexionar sobre el tema del honor a partir de una perspectiva eminentemente femenina. 


   Existen de esta obra en la Biblioteca Nacional dos manuscritos; uno del siglo XVII que consta de 48 hojas; el segundo es una copia del siglo XVII, de 31 hojas.

 En ella  Ana Caro ironiza con las reglas establecidas por la sociedad en la que le ha tocado vivir y llega incluso a ridiculizar algunas de las actitudes consideradas como valores típicamente masculinos. 
Se trata de una comedia urbana y como tal tiene como ingredientes principales los enredos y los equívocos. El disfraz que convierte a Leonor en Leonardo consigue transformar a los personajes que la rodean, y así, la duquesa Estela acaba enamorada de Leonardo sin saber que éste es una mujer, complicando aún más las cosas. 
 En la obra aparecen también los personajes prototípicos de este tipo de comedias. Uno de éstos es el gracioso, que en está ocasión aparece en la figura de Ribete, el criado de Leonor/Leonardo. Este personaje en ocasiones se coloca como contrapunto de las conversaciones para introducir pensamientos que la autora utiliza como reivindicaciones solapadas, así, a lo largo de la obra Ribete aprovecha para señalar los grandes avances que en cuestión literaria están obteniendo las mujeres. 


RIBETE:   (…) aun quieren poetizar

                  las mujeres, y se atreven

           a hacer comedias ya.

TOMILLO:    ¡Válgame Dios!  Pues, ¿no fuera

mejor coser e hilar?

¡Mujeres poetas!

                                        RIBETE:     Sí;
               mas no es nuevo, pues están

     Argentaria, Safo, Areta,

         Blesilla, y más de un millar

              de modernas, que hoy a Italia

lustre soberano dan,

disculpando la osadía
                                                        de su nueva vanidad
 



Pero del mismo modo, Ribete es vehículo para señalar lo que la sociedad de la época tiene en mente sobre el género femenino y así habla cuando descubre que Leonor busca venganza disfrazada de hombre: 

 
 RIBETE:         ¿Qué intenta Leonor, qué es esto?

                   Mas es mujer.  ¿Qué no hará?

                  Que la más compuesta tiene

     mil pelos de Satanás





 Leonor se viste de hombre para vengar un agravio. Ese artificio era muy utilizado en las comedias del Siglo de Oro. Lope de Vega lo utilizaba con habitualidad; de sus 460 comedias, 113 utilizan el uso del disfraz varonil y Tirso de Molina lo usa en 21 de sus comedias En este caso, el disfraz de varón no aporta a Leonor/Leonardo, cualidades consideradas típicamente masculinas como el valor, porque ella ya es una mujer valiente sin la necesidad del disfraz, pero ante los ojos de los demás, al atuendo la convierte en alguien diferente:

LEONOR:        En este traje podré

                                   cobrar mi perdido honor.



             A lo que su criado responde:



RIBETE:         Oyéndote estoy,

                                              y, ¡por Cristo! que he pensado

                                            que el nuevo traje te ha dado

          alientos.



El poema de la semana

 El poema de esta semana es de un joven cordobés recientemente galardonado con  el Premio Internacional de Poesía "Ciudad de Estepona": Juan Antonio Bernier.


                   Y qué decir del mar que nos separa

                   cuando tú eres feliz y me lo muestras.

                    Oculta su lenguaje y, sin embargo

                    se puede interpretar, igual que un gesto.


                    Tu sonrisa incunable, blanca y roja,

                    como una flor al borde del camino

                    que llevase a la casa de Caeiro,

                    venciendo la distancia entre nosotros...


                    Cuando tú eres feliz y me lo muestras,

                    el mar que nos separa, solo entonces,

                    es el mar que nos une inteligible,

                    y es también esa flor, igual a un gesto.

 

                                                                 ("Luces dentro del bosque", 2000)

 

Juan Antonio Bernier es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Nació en Córdoba en 1976 y estudió Filología Hispánica en la UCO. Su vocación poética circula por sus venas puesto que es sobrino nieto de Juan Bernier, reconocido poeta de Grupo Cántico.

Entre sus obras de poesía encontramos "La costa de los sueños" (1998),  "Luces dentro del bosque" (2000), "Así procede el pájaro" (2004) Premio Ojo Crítico de Poesía de RNE en 2005, "Árboles con tronco pintado de blanco" (2011) y "Letra y nube" (2017).

 

Ha sido incluido en diversas Antologías de Poesía Española ("La lógica de Orfeo", "Veinticinco poetas españoles jóvenes", "Música Urbana"...) además de codirigir diferentes revistas poéticas y coordinar en sucesivas ediciones "Cosmopoética, poetas del mundo en Córdoba".  Trabajó como  lector  y profesor en el Instituto de Lenguas Románicas en Burgás (Bulgaria) y ha sido gestor de la Fundación de Artes Plásticas "Botí".

 Su última obra "Fruto previo", con la que ha obtenido este último premio, será publicada por la editorial Pre-Textos el próximo otoño. El jurado ha destacado de ella "la revelación no solo del placer estético sino de un acercamiento sutil del mundo a través de su buscada desnudez". y ha valorado la indagación que hace con esta obra el poeta "de una nueva relación basada en la justicia entre el hombre y la naturaleza".

sábado, 5 de junio de 2021

Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.... Calderón de la Barca

 


Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) da el segundo impulso a la revolución teatral del siglo XVII, incorporando a la escena los recursos básicos del estilo barroco: los juegos conceptistas, las metáforas gongorinas y su solemnidad sintáctica. Su técnica, que subordina todo a un motivo central,  y una complicada escenografía siguen también los principios barrocos. Con ellos, consolidando las líneas fundamentales de Lope, acuña una nueva fórmula de producción teatral que gozó de enorme popularidad.

Aquí tenéis un vídeo introductorio sobre su vida y su obra

 Si en Lope hemos encontrado una ingente obra dramática, de invención apresurada y espontánea naturalidad, Calderón presenta menos producción, más meditada y reflexiva, con una artificiosa expresividad formal. Lo que en Lope eran elementos populares es en Calderón aristocratismo y elementos morales. La finalidad estética y lúdica de Lope es en Calderón dramatización artística con propósito educativo.

 Hombre de sólida formación intelectual, su concepción del mundo es matizadamente pesimista. Su visión desengañada de la vida tiene sus raíces en la Biblia, en la filosofía estoica de Séneca, en San Agustín, Santo Tomás de Aquino y la teología contrarreformista. Al igual que otros escritores del Barroco, Calderón concibe el mundo como una feria de vanidades y a los seres humanos como personajes de ficción de una obra de teatro. Sin embargo, para Calderón, la existencia humana, pese a su levedad, ni viene de la nada ni está abocada irremediablemente a ella tras la muerte. Dios la justifica y llena de dignidad y esperanza. Así, el sentido trascendente de la existencia libera al hombre de los dos sentimientos que más le angustian: el de la culpa por haber nacido —el de su origen— y el de la muerte. Además de los grandes problemas existenciales que plantea su teatro, algunos de los valores (como el honor) por los que se regía la sociedad española del siglo XVII tampoco escapan a la mirada crítica de este dramaturgo.

 En esta  página del Centro Virtual Cervantes podéis encontrar datos biográficos, un análisis de su producción dramática y un excelente trabajo en el que se relacionan diversos fragmentos de la obra de Calderón con pinturas de la época.

              Calderón versus Lope: características del teatro calderoniano



Calderón parte de una tradición teatral riquísima. Su tarea consiste en desarrollar al máximo las posibilidades contenidas en la comedia de Lope de Vega, hasta conducirla a su plenitud. Con razón se ha dicho que el “arte” de Lope de Vega se hace “ciencia” con Calderón. Mientras que el lenguaje dramático de Lope resulta natural y espontáneo, el de Calderón es más elaborado y artístico, y su arquitectura teatral, más sólida. Por otra parte, frente al teatro de Lope, enraizado en el popularismo y las costumbres españolas, el de Calderón tiene una proyección mayor: es más aristocrático, pero, a la vez, más universal por los temas que trata.

 El sentido del orden, la estilización y la intensificación son las notas más características del teatro de Calderón:

El ORDEN se hace patente en la rigurosa claridad de la estructura de planteamiento, nudo y desenlace de los conflictos dramáticos, así como en la disposición piramidal y emparejamiento antitético de los personajes secundarios, subordinados al protagonista. Este afán de orden se evidencia también en aquellos personajes que, atormentados, pero reflexivos, luchan por sobreponerse al caos de su existencia y a los antagonismos y pasiones que interiormente los desgarran. Los monólogos, tan frecuentes e importantes en sus comedias, constituyen el cauce formal elegido por Calderón para expresar este íntimo anhelo.

La ESTILIZACIÓN viene dada por la simplificación de la trama y la reducción de personajes. Como consecuencia de esta, los personajes aparecen mucho más perfilados e individualizados que los característicos “tipos”, con una hondura psicológica y una complejidad antes desconocidas.

La INTENSIFICACIÓN se advierte en la densidad de los conflictos que atenazan a los protagonistas, abocados siempre a una situación límite y de difícil salida.

La suma de orden, estilización e intensificación dan como resultado un teatro en el que la introspección prevalece sobre la acción.

 Temas y obras de Calderón

Calderón, dramaturgo menos fecundo que Lope de Vega, escribió ciento veinte obras de teatro entre comedias, autos sacramentales, entremeses, loas y jácaras. Sus representaciones exigían un gran despliegue escenográfico (tramoyas, decorados, luces y música), lo que llevó a la escena barroca a una gran complejidad. La Biblia, la mitología grecolatina, la historia, las leyendas y las costumbres son las principales fuentes a las que acude para tratar sus temas preferidos (filosóficos, religiosos, históricos, honor, amor, celos…). Las obras de Calderón se han clasificado según la siguiente tipología:

Dramas de historia y leyendas españolas

Es especialmente relevante la obra El alcalde de Zalamea. En este drama histórico, en el que se escenifica un conflicto entre la sociedad civil y el estamento militar, Calderón trata el honor desde una perspectiva diferente. Pedro Crespo, villano y alcalde de la localidad extremeña, encarna el honor de un modo digno. Los rasgos del protagonista son el equilibrio, la madurez, el amor a los suyos, la plena conformidad con su puesto en el mundo. Para él, el honor es una virtud del alma ligada con la dignidad del hombre. La violación de su hija Isabel por el capitán don Álvaro de Ataide (alojado en su casa) exige la muerte de este como castigo, venganza que se cumple y que es sancionada por el rey al final de la obra. A la figura del militar indigno, Calderón opone la de otro militar justo y honesto, don Lope de Figueroa.

Dramas teológicos

Son representativos La devoción de la cruz; El príncipe constante y El mágico prodigioso. En los dos primeros se plantea el problema de la salvación eterna. El tercero presenta el modelo de caballero cristiano, movido por el honor y la fidelidad a la patria y a la religión.

Dramas filosóficos

El más representativo es La vida es sueño (1635). En este drama filosófico, una de sus obras maestras, de gran carga simbólica, se dan cita el ansia de libertad y la rebeldía violenta, el miedo al destino, la pasión y la venganza, la justicia y la sinrazón. La obra responde a la idea del desengaño barroco, es decir, la inconsistencia de la vida, la transitoriedad de lo terreno, la influencia de la educación en la conducta de las personas, la fuerza de la voluntad frente al destino. Calderón hace aflorar en su obra más trascendental las experiencias más radicales de la condición humana (la libertad, el amor, el poder, la injusticia, la educación); al tiempo que defiende en la escena la tesis contrarreformista católica del libre albedrío frente a la predestinación protestante, nos hace reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la misteriosa oposición realidad/sueño y defiende una tesis ética: “que aun en sueños / no se pierde hacer el bien”.

 Según Francisco Ruiz Ramón, cuatro son los ejes semánticos estructurales que configuran la acción de La vida es sueño:

El conflicto libertad/destino.

El metafórico de “la vida es sueño”.

El ético de “vencerse a sí mismo”.

El del poder político.







Comedias de costumbres

Forman el grupo más numeroso de la producción dramática de Calderón. Las más notables son las llamadas comedias de capa y espada. Todas estas comedias, muy variadas en su trama, tienen sin embargo una estructura idéntica: el amor es la pasión dominante y los personajes son un caballero noble, valiente, rendido a los pies de una dama a la que adora; la dama es soltera, huérfana de madre, sometida a la tutela de su padre, hermano o tutor; también aparecen un gracioso y la criada de la dama. Además, para que el enredo sea posible, existen otros personajes entre los cuales se entretejen equívocos y rivalidades. Obras que pertenecen a este grupo son La dama duende; Casa con dos puertas, mala es de guardar y Antes que todo es mi dama.

Los autos sacramentales

Calderón escribió alrededor de setenta autos sacramentales y llevó a la plenitud este género, aportándole una mayor densidad teológica, una construcción más exigente, un lenguaje alegórico de gran riqueza poética y una fastuosa escenografía. Sus autos sacramentales gozaron de una enorme popularidad. Además de La cena del rey Baltasar y La devoción de la misa destaca especialmente El gran teatro del mundo, su obra maestra, en la que Calderón representa la vida como un teatro en el que Dios reparte los papeles de la vida a una serie de personajes, que deberán representar una única función, sin ensayar, tras la cual deberán rendir cuentas.

jueves, 3 de junio de 2021

Es de Lope...

 


La expresión “Es de Lope” se generalizó durante el siglo XVII para indicar que algo era excelente, extraordinario…

Durante el siglo XVII se produce un fenómeno absolutamente novedoso: el teatro se convierte en el género literario por excelencia, el de mayor éxito, el más seguido por el público. Este teatro, nacido de la evolución y convergencia de las diferentes corrientes dramáticas que, según hemos visto, convivían en el Renacimiento, alcanza su madurez en la última década del siglo XVI con Lope de Vega, el verdadero genio creador de una nueva formas de teatro, cuyas bases teóricas expone en los versos del Arte nuevo de hacer comedias (1609).

Lope Félix de Vega y Carpio, llamado el Fénix de los ingenios fue un escritor muy prolífico: cultivó todos los géneros. Fue excelente poeta, notable prosista y genial dramaturgo. Autor de una amplísima obra literaria, vivió, por otra parte, una de las vidas más apasionadas de la historia de la literatura española.


Nació en Madrid, en 1562, de familia de clase media con pretensiones de nobleza. Desde muy joven demostró una precocidad extraordinaria. En su ciudad natal estudió en los teatinos y, más tarde, en Alcalá y Salamanca. Intervino en la conquista de la isla Terceira y regresa de nuevo a Madrid. Su vivo y apasionado carácter le lleva a tomar la vida como viene y con demasiada prontitud. De ahí los vaivenes sentimentales, que le proporcionaron numerosos problemas a lo largo de su vida, así como frecuentes cambios de actitud vital. En Madrid, se enamora de la actriz Elena Osorio (la Filis de sus versos). Abandonado por ésta, a los cinco años, escribe unos poemas que le valen el destierro. Poco después, se casa por poderes con Isabel de Urbina (la Belisa de sus versos). Embarca en la Armada Invencible. De nuevo en España, se instala en Valencia, donde se dedica a una intensa creación. Entra al servicio del duque de Alba y se traslada a Alba de Tormes, donde muere su esposa.

Vuelve a Madrid y contrae matrimonio con Juana de Guardo, lo que no dificulta las relaciones con Micaela Luján (Camila Lucinda en sus versos), de la que tuvo cinco hijos. Rompe con Micaela y, poco después, mueren su esposa y su hijo Carlos Félix, lo que le causa tan profunda conmoción y crisis espiritual que dedice ordenarse sacerdote a los cincuenta y dos años. Sin embargo, vuelve a enamorarse de una bella actriz, Marta de Nevares (Amarilis o Marcia Leonarda en sus versos), de la que tiene varios hijos. Estos amores amargan sus últimos años al quedar ella ciegoa y perder, más tarde, la razón. Muere su hijo Lope Félix y es raptada su hija Clara. Estos hechos y sus primeros fracasos en la escena hicieron que Lope sobreviviera poco tiempo. Muere en Madrid en 1635. 

[Literatura española 2, Alhambra Longman, 1992]

El teatro de Lope de Vega es síntesis de las tradiciones culta y popular anteriores. Ofrece un teatro basado en una retórica de la persuasión, en la comunicación con el público. Lope perseguía el público y sabía cómo conseguirlo.

Lope pasó varios años en Valencia, en contacto con Guillén de Castro, Tárrega y otros, con un ambiente teatral innovador. Desde la primera mitad del siglo XVI debió de haber un teatro estable, próximo a la Universidad, en la plazoleta de la Olivera. Se realizaban funciones nocturnas, con velas, por lo que resultaban caras y se suprimieron hacia 1630. Se representa un teatro populista en el que importa mucho la intriga, las costumbres populares, la utilización del simple o gracioso, y con un lenguaje próximo a la lengua común. Lope no tiene más que adoptar y evolucionar lo que ya se estaba haciendo en Valencia.

Arte nuevo de hacer comedias

Entre 1605 y 1615 coinciden en Madrid, en la Corte, una constelación de grandes figuras que conviven difícilmente. Lope se ve mezclado entonces en todas las polémicas artísticas que surgen. Es protagonista de una guerra literaria en la que se enfrenta a Cervantes y su supremacía en la novela; a Góngora en el terreno de la poesía; y, en el terreno teatral, a los aristotélicos que, desde Italia, defienden el canon clásico de componer obras.


Es en este ambiente donde hay que situar Arte nuevo de hacer comedias, un texto que el autor publica a los 47 años, cuando ya es un poeta consagrado y según él mismo dice en la obra lleva ya escritas 483 comedias. Se trata de una composición que escribe por encargo del Conde de Saldaña, miembro de la Academia de Madrid, y se inscribe dentro de una práctica bastante habitual entre los autores y las diferentes Academias del momento. Así pues, el texto de Lope nace para contestar a una polémica de la época, pero también le sirve para dejar por escrito su concepción del teatro y justificar lo que ha venido siendo hasta ahora su práctica habitual. Como ha expresado José F. Montesinos, el Arte nuevo… fue un texto revolucionario que no hizo ninguna revolución, porque ya Lope la había hecho antes en los corrales.

La revolución a la que Montesinos se refiere, y que recoge el Arte nuevo, es la de defender lo que llamaríamos hoy el teatro comercial. Es decir, Lope sostiene que el teatro se sustenta en el público, y no en un canon aristotélico, artístico. Su fin es escribir un teatro de su tiempo, cuya norma suprema sea la de dar gusto a un auditorio bastante ecléctico, lo que le conduce a creer en un teatro exento del antiguo arte:

“Y cuando he de escribir una comedia,

encierro los preceptos con seis llaves,

saco a Terencio y Plauto de mi estudio

para que no me den voces, que suele

dar gritos la verdad en libros mudos,

y escribo por el arte que inventaron

los que el vulgar aplauso pretendieron

porque, como las paga el vulgo, es justo

hablarle en necio para darle gusto.” 

En opinión del catedrático Felipe B. Pedraza Jiménez son estos famosos versos los que han creado toda una corriente crítica antilopista que llega a nuestros días fruto de “que han sido malinterpretados. Lo que Lope quiere decir con lo de “hablarle en necio” es un juego irónico, ya que emplea la misma crítica que le hacían sus enemigos. Hay que entender que Lope escribe el Arte nuevo con una sonrisa, usa la ironía desde el momento mismo que culpa al público del camino que ha escogido”. Con esta confianza en el auditorio, en España se desarrolla un teatro popular que sólo tiene parangón en la Inglaterra de Shakespeare. “Es un teatro comercial, que pretende vivir y vivirá de los espectadores, de un público variadísimo para el que los autores deben organizar su discurso de la mejor forma. De esta manera, Lope defiende una libertad artística que no depende exclusivamente del autor, sino que establece una relación dialéctica con el público. 

La vigencia de su teoría es que hoy, cuatro siglos después, seguimos interesados por un arte teatral que tenga en cuenta al público”. No hay que olvidar que la fama de Lope cruzó fronteras. Explica Pedraza que el tratado “es, en primer lugar, la reacción a unos escritos teóricos que vienen de Italia, en los que se defiende la preceptiva latina. Pero, una vez publicado el Arte nuevo, hay numerosos intentos por imitarlo fuera de nuestro país. Desde luego, en Italia, Francia, Alemania y Polonia. Luego, durante el romanticismo experimenta una resurrección especialmente en Alemania e Inglaterra”.

Mezclar lo trágico con lo cómico


Frente a la idea clásica de separar tragedia y comedia, las obras pueden mezclar elementos cómicos y trágicos para mayor satisfacción del auditorio.

La unión de asuntos serios con momentos más ligeros responde a la pretensión de naturalidad. Esto permite, por otra parte, hacer protagonistas de obras de tono grave a personajes como el villano, contraviniendo así las preceptivas clásicas.


Lo trágico y lo cómico mezclado,
y Terencio con Séneca, aunque sea
como otro Minotauro de Pasife,
harán grave una parte, otra ridícula,
que aquesta variedad deleita mucho. […]
No hay que advertir que pase en el período
de un sol, aunque es consejo de Aristóteles,
porque ya le perdimos el respeto
cuando mezclamos la sentencia trágica
a la humildad de la bajeza cómica.

Ruptura de la regla de las tres unidades

La preceptiva clásica, desde la Poética de Aristóteles hasta los humanistas del siglo XVI planteaba que la obra de teatro debía ajustarse a tres unidades: la unidad de acción, de espacio y de tiempo. La nueva fórmula propone su ruptura cuando así lo exija la verosimilitud de la obra. Es habitual que se dé una acción secundaria a cargo de los criados o de otros personajes. Además, la acción puede tener lugar en varios días y en diferentes escenarios, ya que esto se ajusta a la naturalidad de las acciones humanas.

Adviértase que solo este sujeto
tenga una acción, mirando que la fábula
de ninguna manera sea episódica. […]

No hay que advertir que pase en el periodo
de un sol, aunque es consejo de Aristóteles,
porque ya le perdimos el respeto
cuando mezclamos la sentencia trágica
a la humildad de la bajeza cómica.

 Estructura en tres actos

Frente a los cuatro o cinco actos habituales en periodos anteriores, estas obras se estructuran en tres actos. Al primero corresponden el planteamiento; al segundo, el nudo y al tercero, el desenlace. Según Lope, hasta la mitad del acto tercero el público no debía sospechar el final de la historia:

Divide en dos partes el asunto,

ponga la conexión desde el principio,

hasta que vaya declinando el paso,

pero la solución no la permita

hasta que llegue la postrera escena,

porque en sabiendo el vulgo el fin que tiene,

vuele el rostro a la puerta, y las espaldas

al que esperó tres horas cara a cara;

que no hay más que saber que en lo que para. […]

En el acto primero ponga el caso,

en el segundo enlace los sucesos,

de suerte que hasta medio del tercero

apenas juzgue nadie en lo que para.

Los personajes de la comedia nueva

Aunque hay gran cantidad de personajes dispersos por todas las comedias del siglo que nos ocupa y algunos de ellos se ha consolidado como un personaje bien individualizado y con características propias, como es el caso del donjuán, se suelen repetir figuras fijas, a la manera de personajes tipo.



El galán

Es un caballero apuesto, idealista, noble y valiente.  Esta misma función puede ser representada por un campesino, como Frondoso en Fuendetodos. Su misión natural se orienta hacia la conquista de la dama, venciendo casi siempre notables dificultades.

La dama 

Es joven, bella y noble. Recibe los requiebros del galán. En ocasiones, cuando ha sido agraviada o engañada, es capaz de tomar la iniciativa e incluso disfrazarse de varón (como en Don Gil de las calzas verdes). Una figura común en las comedias barrocas es la dama disfrazada de hombre, que cambia sus habituales vestidos femeninos para perseguir al galán que la ha abandonado. Este personaje aparecía también en las novelas de la época y fue muy censurado por los moralistas.

La criada

Representa, junto a la dama, el mundo femenino y sus relaciones son paralelas a las del galán y el gracioso, con quienes comparten sus principales características, ya que la criada también es más realista y actúa como confidente de la dama, mientras esta, por lo general, busca la manera de conseguir los amores del galán con su ayuda.

El criado

Representa lo contrario del galán, ya que por lo general es muy realista, práctico y cobarde. El gracioso (o figura del donaire) suele ser casi siempre el criado de confianza del galán; es fiel y buen consejero, y aporta la nota cómica a la trama. Al tiempo que el galán se enamora de la dama, el gracioso corteja a la criada de esta.

El criado o gracioso desempeña un importante papel en la obra ya que permite al galán dialogar con él y contarle sus inquietudes. Desempeña también el papel de narrar sucesos no escenificados en las tablas.

A veces tiene una función distanciadora muy moderna, al advertir al público con su actuación de que lo que ve no es realidad, es literatura.

El gracioso de Lope de Vega procede de la evolución del personaje del bobo de Lope de Rueda; en las obras de Lope de Rueda el bobo es un personaje cómico, presentado de forma ridícula. Suele ser un aldeano tonto que se expresa mal y se comporta torpemente. Lope de Vega hace evolucionar al personaje convirtiéndolo en un personaje urbano, inteligente e ingenioso, cuyas bromas y críticas a su amo tienen mucho éxito. Finalmente predomina en el gracioso su vertiente placentera y simpática, con lo que sus actitudes y comentarios quedan integrados en el sistema de valores del Barroco.

Otros personajes

Otros personajes presentes en las comedias son los siguientes: un caballero, generalmente de edad avanzada, que suele ser el padre de la dama y que vela por su honra (a veces es un hermano de la dama); el villano, un labrador rico, cristiano viejo, con un fuerte sentido de la honra; el rey, a veces justo y otras veces tiránico; y el caballero poderoso, un noble que pretende usar su poder para conseguir sus pretensiones amorosas.

El lenguaje de la comedia nueva

Se rehúye la expresión culterana y no se abusa de las alusiones bíblicas, mitológicas o literarias para hacerse comprender por un público popular.

 El decoro poético

Se pretende que la lengua se ajuste a la situación y a la condición de los personajes, de modo que estos hablen conforme a su rango social y ello pueda distinguir, por ejemplo, al rey del gracioso. Es la única regla del teatro clásico que Lope respeta:

Si hablare el rey, imite cuanto pueda
la gravedad real, si el viejo hablare,
procure una modestia sentenciosa […] 
El lacayo no trate cosas altas
ni diga los conceptos que hemos visto
en algunas comedias extranjeras.


La variedad métrica (polimetría)

Las comedias barrocas se escribieron en verso, pero no mantuvieron una unidad métrica; por el contrario, Lope planteaba el uso de estrofas diferentes para cada situación, sin hacer distinciones entre la métrica tradicional castellana y las de procedencia italiana. Así lo expresa en el Arte nuevo:

Acomode los versos con prudencia
a los sujetos de que va tratando.
Las décimas son buenas para quejas;
el soneto está bien en los que aguardan;
las relaciones piden los romances,
aunque en octavas lucen por extremo;
son los tercetos para cosas graves,
y para las de amor, las redondillas.

Canciones tradicionales intercaladas

La inclusión de elementos líricos tradicionales o de inspiración tradicional fue uno de los grandes aciertos del teatro del siglo XVII, ya que aportaba un toque popular y una frescura a la trama de las obras, que gozaban de la ventaja añadida de la música. Todo ello ofrecía una pausa en el desarrollo de la acción y servía de deleite a los espectadores, que gustaban mucho de la música y la danza como contrapunto al argumento de la obra.

Obras teatrales de Lope de Vega

Comedias de enredo y costumbres

Ambientadas en un ambiente urbano coetáneo. El asunto principal es el amor.  Están plagadas de celos, intrigas y malentendidos que desembocan en una final feliz. 

Destacan en este grupo: La dama boba; El perro del hortelano; Servir a señor discreto; La moza del cántaro; La villana de Getafe; Las bizarrías de Belisa…

Dramas de honor campesino

Ambientadas en un entorno rural idílico.  Protagonizadas por un  villano, un campesino rico, cristiano viejo, libre y digno, que se enfrenta solo o junto con todo su pueblo al abuso de poder de un noble que ha atentado contra su honor.  En estas obras surge la figura del rey como garante de la justicia apoyando la actuación del villano.

 Destacan: Fuente Ovejuna; Peribáñez y el comendador de Ocaña; El mejor alcalde, el rey; El villano en su rincón…

Dramas trágicos

En estas obras los elementos trágicos están más acentuados. 

Destacan: El caballero de Olmedo y El castigo sin venganza.

       SABER MÁS SOBRE LOPE.....

Siempre que hay que informarse de algo conviene saber qué fuentes son fiables y de dónde podemos sacar información veraz y actualizada. La página web de la Biblioteca Virtual Cervantes nos cuenta casi todo lo que necesitemos saber sobre Lope de Vega, contado por los mejores especialistas.