La expresión “Es de Lope” se generalizó durante el siglo XVII para indicar que algo era excelente, extraordinario…
Durante el siglo XVII se produce un fenómeno absolutamente novedoso: el teatro se convierte en el género literario por excelencia, el de mayor éxito, el más seguido por el público. Este teatro, nacido de la evolución y convergencia de las diferentes corrientes dramáticas que, según hemos visto, convivían en el Renacimiento, alcanza su madurez en la última década del siglo XVI con Lope de Vega, el verdadero genio creador de una nueva formas de teatro, cuyas bases teóricas expone en los versos del Arte nuevo de hacer comedias (1609).
Lope
Félix de Vega y Carpio, llamado el Fénix de los ingenios fue un escritor
muy prolífico: cultivó todos los géneros. Fue excelente
poeta, notable prosista y genial dramaturgo. Autor de una amplísima obra
literaria, vivió, por otra parte, una de las vidas más apasionadas de la
historia de la literatura española.
Nació en Madrid, en
1562, de familia de clase media con pretensiones de nobleza. Desde muy joven
demostró una precocidad extraordinaria. En su ciudad natal estudió en los
teatinos y, más tarde, en Alcalá y Salamanca. Intervino en la conquista de la
isla Terceira y regresa de nuevo a Madrid. Su vivo y apasionado carácter le
lleva a tomar la vida como viene y con demasiada prontitud. De ahí los vaivenes
sentimentales, que le proporcionaron numerosos problemas a lo largo de su vida,
así como frecuentes cambios de actitud vital. En Madrid, se enamora de la
actriz Elena Osorio (la Filis de sus versos). Abandonado por ésta, a los cinco
años, escribe unos poemas que le valen el destierro. Poco después, se casa por
poderes con Isabel de Urbina (la Belisa de sus versos). Embarca en la Armada
Invencible. De nuevo en España, se instala en Valencia, donde se dedica a una
intensa creación. Entra al servicio del duque de Alba y se traslada a Alba de
Tormes, donde muere su esposa.
Vuelve a Madrid y
contrae matrimonio con Juana de Guardo, lo que no dificulta las relaciones con
Micaela Luján (Camila Lucinda en sus versos), de la que tuvo cinco hijos. Rompe
con Micaela y, poco después, mueren su esposa y su hijo Carlos Félix, lo que le
causa tan profunda conmoción y crisis espiritual que dedice ordenarse sacerdote
a los cincuenta y dos años. Sin embargo, vuelve a enamorarse de una bella
actriz, Marta de Nevares (Amarilis o Marcia Leonarda en sus versos), de la que
tiene varios hijos. Estos amores amargan sus últimos años al quedar ella ciegoa
y perder, más tarde, la razón. Muere su hijo Lope Félix y es raptada su hija
Clara. Estos hechos y sus primeros
fracasos en la escena hicieron que Lope sobreviviera poco tiempo. Muere en
Madrid en 1635.
[Literatura española
2, Alhambra Longman, 1992]
El
teatro de Lope de Vega es síntesis de las tradiciones culta y popular
anteriores. Ofrece un teatro basado en una retórica de la persuasión, en la
comunicación con el público. Lope perseguía el público y sabía cómo
conseguirlo.
Lope pasó varios años en Valencia, en contacto con Guillén
de Castro, Tárrega y otros, con un ambiente teatral innovador. Desde la primera
mitad del siglo XVI debió de haber un teatro estable, próximo a la Universidad,
en la plazoleta de la Olivera. Se realizaban funciones nocturnas, con velas,
por lo que resultaban caras y se suprimieron hacia 1630. Se representa un
teatro populista en el que importa mucho la intriga, las costumbres populares,
la utilización del simple o gracioso, y con un lenguaje próximo a la lengua
común. Lope no tiene más que adoptar y evolucionar lo que ya se estaba haciendo
en Valencia.
Arte nuevo de hacer comedias
Entre 1605 y 1615 coinciden en Madrid, en
la Corte, una constelación de grandes figuras que conviven difícilmente. Lope
se ve mezclado entonces en todas las polémicas artísticas que surgen. Es
protagonista de una guerra literaria en la que se enfrenta a Cervantes y su
supremacía en la novela; a Góngora en el terreno de la poesía; y, en el terreno
teatral, a los aristotélicos que, desde Italia, defienden el canon clásico de
componer obras.
Es en este ambiente donde hay que situar Arte nuevo de hacer comedias, un texto que el autor
publica a los 47 años, cuando ya es un poeta consagrado y según él mismo dice
en la obra lleva ya escritas 483 comedias. Se trata de una composición que
escribe por encargo del Conde de Saldaña, miembro de la Academia de Madrid, y
se inscribe dentro de una práctica bastante habitual entre los autores y las
diferentes Academias del momento. Así pues, el texto de Lope nace para
contestar a una polémica de la época, pero también le sirve para dejar por
escrito su concepción del teatro y justificar lo que ha venido siendo hasta ahora
su práctica habitual. Como ha expresado José F. Montesinos, el Arte nuevo… fue un texto revolucionario que no hizo
ninguna revolución, porque ya Lope la había hecho antes en los corrales.
La revolución a la que Montesinos se
refiere, y que recoge el Arte nuevo, es la de
defender lo que llamaríamos hoy el teatro comercial. Es decir, Lope sostiene
que el teatro se sustenta en el público, y no en un canon aristotélico,
artístico. Su fin es escribir un teatro de su tiempo, cuya norma suprema sea la
de dar gusto a un auditorio bastante ecléctico, lo que le conduce a creer en un
teatro exento del antiguo arte:
“Y cuando he de escribir una comedia,
encierro los preceptos con seis llaves,
saco a Terencio y Plauto de mi estudio
para que no me den voces, que suele
dar gritos la verdad en libros mudos,
y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron
porque, como las paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto.”
En
opinión del catedrático Felipe B. Pedraza Jiménez son estos famosos versos los
que han creado toda una corriente crítica antilopista que llega a nuestros días
fruto de “que han sido malinterpretados. Lo que Lope quiere decir con lo de
“hablarle en necio” es un juego irónico, ya que emplea la misma crítica que le
hacían sus enemigos. Hay que entender que Lope escribe el Arte nuevo con
una sonrisa, usa la ironía desde el momento mismo que culpa al público del
camino que ha escogido”. Con esta confianza en el auditorio, en España se
desarrolla un teatro popular que sólo tiene parangón en la Inglaterra de
Shakespeare. “Es un teatro comercial, que pretende vivir y vivirá de los
espectadores, de un público variadísimo para el que los autores deben organizar
su discurso de la mejor forma. De esta manera, Lope defiende una libertad
artística que no depende exclusivamente del autor, sino que establece una
relación dialéctica con el público.
La vigencia de su teoría es que hoy, cuatro
siglos después, seguimos interesados por un arte teatral que tenga en cuenta al
público”. No hay que olvidar que la fama de Lope cruzó fronteras. Explica
Pedraza que el tratado “es, en primer lugar, la reacción a unos escritos
teóricos que vienen de Italia, en los que se defiende la preceptiva latina.
Pero, una vez publicado el Arte nuevo, hay numerosos intentos por
imitarlo fuera de nuestro país. Desde luego, en Italia, Francia, Alemania y
Polonia. Luego, durante el romanticismo experimenta una resurrección
especialmente en Alemania e Inglaterra”.
Mezclar
lo trágico con lo cómico
Frente
a la idea clásica de separar tragedia y comedia, las obras pueden mezclar
elementos cómicos y trágicos para mayor satisfacción del auditorio.
La unión de asuntos serios con momentos
más ligeros responde a la pretensión de
naturalidad. Esto permite, por otra parte, hacer protagonistas
de obras de tono grave a personajes como el villano, contraviniendo así las
preceptivas clásicas.
Lo trágico y lo cómico mezclado,
y
Terencio con Séneca, aunque sea
como
otro Minotauro de Pasife,
harán
grave una parte, otra ridícula,
que
aquesta variedad deleita mucho. […]
No hay
que advertir que pase en el período
de un
sol, aunque es consejo de Aristóteles,
porque
ya le perdimos el respeto
cuando
mezclamos la sentencia trágica
a la
humildad de la bajeza cómica.
Ruptura
de la regla de las tres unidades
La
preceptiva clásica, desde la Poética de
Aristóteles hasta los humanistas del siglo XVI planteaba que la obra de teatro
debía ajustarse a tres unidades: la unidad de acción, de espacio y de tiempo.
La nueva fórmula propone su ruptura cuando así lo exija la verosimilitud de la
obra. Es habitual que se dé una acción secundaria a cargo de los criados o de
otros personajes. Además, la acción puede tener lugar en varios días y en
diferentes escenarios, ya que esto se ajusta a la naturalidad de las acciones
humanas.
Adviértase que solo
este sujeto
tenga una acción, mirando que la fábula
de ninguna manera sea episódica. […]
No hay que advertir
que pase en el periodo
de un sol, aunque es consejo de
Aristóteles,
porque ya le perdimos el respeto
cuando mezclamos la sentencia trágica
a la humildad de la bajeza cómica.
Estructura
en tres actos
Frente
a los cuatro o cinco actos habituales en periodos anteriores, estas obras se
estructuran en tres actos. Al primero corresponden el planteamiento; al
segundo, el nudo y al tercero, el desenlace. Según Lope, hasta la mitad del
acto tercero el público no debía sospechar el final de la historia:
Divide en dos partes
el asunto,
ponga la conexión
desde el principio,
hasta que vaya
declinando el paso,
pero la solución no la
permita
hasta que llegue la
postrera escena,
porque en sabiendo el
vulgo el fin que tiene,
vuele el rostro a la
puerta, y las espaldas
al que esperó tres
horas cara a cara;
que no hay más que
saber que en lo que para. […]
En el acto primero
ponga el caso,
en el segundo enlace
los sucesos,
de suerte que hasta
medio del tercero
apenas juzgue nadie en
lo que para.
Los
personajes de la comedia nueva
Aunque
hay gran cantidad de personajes dispersos por todas las comedias del siglo que
nos ocupa y algunos de ellos se ha consolidado como un personaje bien
individualizado y con características propias, como es el caso del donjuán, se
suelen repetir figuras fijas, a la manera de personajes tipo.
El galán
Es un caballero apuesto, idealista,
noble y valiente. Esta misma función puede ser representada por un
campesino, como Frondoso en Fuendetodos. Su misión natural se orienta hacia la
conquista de la dama, venciendo casi siempre notables dificultades.
La dama
Es
joven, bella y noble. Recibe los requiebros del galán. En ocasiones, cuando ha
sido agraviada o engañada, es capaz de tomar la iniciativa e incluso
disfrazarse de varón (como en Don Gil de las calzas verdes). Una figura común
en las comedias barrocas es la dama disfrazada de hombre, que cambia sus
habituales vestidos femeninos para perseguir al galán que la ha abandonado.
Este personaje aparecía también en las novelas de la época y fue muy censurado
por los moralistas.
La criada
Representa,
junto a la dama, el mundo femenino y sus relaciones son paralelas a las del
galán y el gracioso, con quienes comparten sus principales características, ya
que la criada también es más realista y actúa como confidente de la dama,
mientras esta, por lo general, busca la manera de conseguir los amores del
galán con su ayuda.
El criado
Representa
lo contrario del galán, ya que por lo general es muy realista, práctico y
cobarde. El gracioso (o figura del donaire) suele ser casi siempre el criado de
confianza del galán; es fiel y buen consejero, y aporta la nota cómica a la
trama. Al tiempo que el galán se enamora de la dama, el gracioso corteja a la
criada de esta.
El
criado o gracioso desempeña un importante papel en la obra ya que permite al
galán dialogar con él y contarle sus inquietudes. Desempeña también el papel de
narrar sucesos no escenificados en las tablas.
A veces tiene una función distanciadora muy moderna, al
advertir al público con su actuación de que lo que ve no es realidad, es
literatura.
El gracioso de Lope de Vega procede de
la evolución del personaje del bobo de Lope de Rueda; en las obras de Lope de
Rueda el bobo es un personaje cómico, presentado de forma ridícula. Suele ser
un aldeano tonto que se expresa mal y se comporta torpemente. Lope de Vega hace
evolucionar al personaje convirtiéndolo en un personaje urbano, inteligente e
ingenioso, cuyas bromas y críticas a su amo tienen mucho éxito. Finalmente
predomina en el gracioso su vertiente placentera y simpática, con lo que sus
actitudes y comentarios quedan integrados en el sistema de valores del Barroco.
Otros personajes
Otros
personajes presentes en las comedias son los siguientes: un caballero, generalmente de edad avanzada, que suele ser el
padre de la dama y que vela por su honra (a veces es un hermano de la dama);
el villano,
un labrador rico, cristiano viejo, con un fuerte sentido de la honra; el rey, a veces justo y otras veces tiránico; y el caballero
poderoso, un noble que pretende usar su poder
para conseguir sus pretensiones amorosas.
El
lenguaje de la comedia nueva
Se rehúye la expresión culterana y no se
abusa de las alusiones bíblicas, mitológicas o literarias para hacerse
comprender por un público popular.
El
decoro poético
Se
pretende que la lengua se ajuste a la situación y a la
condición de los personajes, de modo que estos hablen conforme a su
rango social y ello pueda distinguir, por ejemplo, al rey del gracioso. Es la
única regla del teatro clásico que Lope respeta:
Si hablare el rey, imite
cuanto pueda
la gravedad real, si el viejo hablare,
procure una modestia sentenciosa […]
El lacayo no trate cosas altas
ni diga los conceptos que hemos visto
en algunas comedias extranjeras.
La
variedad métrica (polimetría)
Las
comedias barrocas se escribieron en verso, pero no mantuvieron una unidad
métrica; por el contrario, Lope planteaba el uso de estrofas diferentes para
cada situación, sin hacer distinciones entre la métrica tradicional castellana
y las de procedencia italiana. Así lo expresa en el Arte nuevo:
Acomode los versos con
prudencia
a los sujetos de que va tratando.
Las décimas son buenas para quejas;
el soneto está bien en los que aguardan;
las relaciones piden los romances,
aunque en octavas lucen por extremo;
son los tercetos para cosas graves,
y para las de amor, las redondillas.
Canciones tradicionales intercaladas
La
inclusión de elementos líricos tradicionales o de inspiración tradicional fue
uno de los grandes aciertos del teatro del siglo XVII, ya que aportaba un toque
popular y una frescura a la trama de las obras, que gozaban de la ventaja
añadida de la música. Todo ello ofrecía una pausa en el desarrollo de la acción
y servía de deleite a los espectadores, que gustaban mucho de la música y la
danza como contrapunto al argumento de la obra.
Obras teatrales de Lope de Vega
Comedias de enredo y costumbres
Ambientadas en un ambiente urbano coetáneo. El asunto
principal es el amor. Están plagadas de
celos, intrigas y malentendidos que desembocan en una final feliz.
Destacan en
este grupo: La dama boba; El perro del hortelano; Servir a señor discreto; La
moza del cántaro; La villana de Getafe; Las bizarrías de Belisa…
Dramas de honor campesino
Ambientadas en un entorno rural idílico. Protagonizadas por un villano, un campesino rico, cristiano viejo,
libre y digno, que se enfrenta solo o junto con todo su pueblo al abuso de
poder de un noble que ha atentado contra su honor. En estas obras surge la figura del rey como
garante de la justicia apoyando la actuación del villano.
Destacan: Fuente Ovejuna; Peribáñez y el comendador de
Ocaña; El mejor alcalde, el rey; El villano en su rincón…
Dramas trágicos
En estas obras los elementos trágicos están más acentuados.
Destacan: El caballero de Olmedo y El castigo sin venganza.
SABER MÁS SOBRE LOPE.....
Siempre que hay que informarse de algo conviene saber qué
fuentes son fiables y de dónde podemos sacar información veraz y actualizada.
La página web de la Biblioteca Virtual Cervantes nos cuenta casi todo lo que
necesitemos saber sobre Lope de Vega, contado por los mejores especialistas.