Mostrando entradas con la etiqueta autores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta autores. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de abril de 2022

"La escritura...único fuego que no se extingue" Cristina Peri Rossi

 Hoy se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, fecha escogida por UNESCO para rendir homenaje al libro y sus autores.
El cartel de este año fue realizado a partir de una frase de Cristina Peri Rossi, Premio Cervantes 2021, con ilustración de Elena Odriozola.



Cristina Peri Rossi abrió los ojos al mundo un 12 de noviembre de 1941 en Montevideo, Uruguay.

Desde el principio, usa su segundo apellido en homenaje a su madre, quien la instruyó desde pequeña en el amor a la literatura, a la música y a la ciencia. Estudia Biología, pero se licencia en Literatura Comparada.

Siendo muy joven obtiene la cátedra que ejerció hasta que tuvo que abandonar el país, por motivos políticos.


Rossi publica su primer libro en l963, y obtiene los premios más importantes de Uruguay. En 1972, su obra y la mención de su nombre es prohibida en los medios de comunicación durante la dictadura militar que imperó en Uruguay hasta l985.

En ese año se traslada a Barcelona, España, donde comienza su actividad contra la dictadura uruguaya, escribiendo en las páginas de la mítica revista Triunfo, pero nuevamente perseguida, esta vez por la dictadura franquista, por lo cual debió exiliarse en París en l974.

Ha sido profesora de literatura, traductora y periodista, y es conferenciante habitual de universidades españolas y extranjeras.

Sus numerosos artículos han aparecido en diversos diarios y revistas: El País, Diario 16, La Vanguardia, El Periódico de Barcelona, El Mundo y Grandes firmas de Agencia Efe.

Ha luchado contra las dictaduras, a favor del feminismo y de los derechos de los homosexuales. Su obra abarca todos los géneros: poesía, relato, novela, ensayo, artículos y es considerada como una de las escritoras más importantes de habla castellana, traducida a más de quince lenguas.

 

Se reconoce como una escritora de mentalidad renacentista, abierta a todas las disciplinas y con intereses muy variados. Ama los animales, detesta la lidia de toros, le gusta el fútbol, la ópera, los días grises, Baudelaire, Eric Satie, el cine europeo, las ciudades portuarias, los juegos y la biología, vestirse de blanco y ha dejado de fumar, por motivos de salud, no de placer. 

Sus ciudades preferidas siguen siendo Montevideo, Barcelona, Berlín, San Francisco y New York. Su paisaje siempre elegido ha sido el mar. 




Os invito a visitar la Exposición Virtual sobre Cristina Peri Rossi que repasa su vida y sus obras, sus años de formación en Montevideo, el periodismo, sus años de exilio y la prolífica obra que llevó adelante en Barcelona.

Os dejo dos poemas :

EL AMOR EXISTE


El amor existe
como un fuego
para abrasar en su belleza
toda la fealdad del mundo.

El amor existe
como un presente de las diosas
benignas
a quienes aman la belleza
y la multiplican,
como los panes y los peces.

El amor existe
como un don
sólo para quienes están dispuestas
a renunciar
a cualquier otro don.

El amor existe
para habitar el mundo
como si fuera
el paraíso
que un amante distraído perdió
por pereza
por falta de sabiduría.

El amor existe
para que estallen los relojes
lo largo se vuelva corto

lo breve infinito

y la belleza borre
la fealdad del mundo.

No quisiera que lloviera...

No quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad
Quizá tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti
discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.

"Diáspora" 1976


El 23 de abril fue escogido por la UNESCO como Día Del Libro en 1995 por ser la fecha en que fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en el año 1616.

lunes, 7 de junio de 2021

Una dramaturga del Siglo XVII

Entre los autores de la comedia nueva no solo figuraron voces masculinas como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina, sino que también comenzaron a estrenar con notable éxito las primeras dramaturgas en lengua castellana, como Ana Caro, célebre por sus comedias de capa y espada y no sólo escribía obras de teatro que fueron aclamadas e incluso exaltadas por literatos de gran fama, sino que se dedicó profesionalmente a confeccionar por encargo relaciones

Ana Caro de Mallén cobraba por su trabajo, era escritora de oficio, su dedicación a la escritura no es sólo el resultado del gusto por escribir, sino que hace de la literatura una profesión. Ese era su trabajo, su forma de ganarse la vida. 


Entre sus obras destaca Valor, agravio y mujer, una interesante pieza teatral en la que toma como punto de partida las convenciones sociales de la época para reflexionar sobre el tema del honor a partir de una perspectiva eminentemente femenina. 


   Existen de esta obra en la Biblioteca Nacional dos manuscritos; uno del siglo XVII que consta de 48 hojas; el segundo es una copia del siglo XVII, de 31 hojas.

 En ella  Ana Caro ironiza con las reglas establecidas por la sociedad en la que le ha tocado vivir y llega incluso a ridiculizar algunas de las actitudes consideradas como valores típicamente masculinos. 
Se trata de una comedia urbana y como tal tiene como ingredientes principales los enredos y los equívocos. El disfraz que convierte a Leonor en Leonardo consigue transformar a los personajes que la rodean, y así, la duquesa Estela acaba enamorada de Leonardo sin saber que éste es una mujer, complicando aún más las cosas. 
 En la obra aparecen también los personajes prototípicos de este tipo de comedias. Uno de éstos es el gracioso, que en está ocasión aparece en la figura de Ribete, el criado de Leonor/Leonardo. Este personaje en ocasiones se coloca como contrapunto de las conversaciones para introducir pensamientos que la autora utiliza como reivindicaciones solapadas, así, a lo largo de la obra Ribete aprovecha para señalar los grandes avances que en cuestión literaria están obteniendo las mujeres. 


RIBETE:   (…) aun quieren poetizar

                  las mujeres, y se atreven

           a hacer comedias ya.

TOMILLO:    ¡Válgame Dios!  Pues, ¿no fuera

mejor coser e hilar?

¡Mujeres poetas!

                                        RIBETE:     Sí;
               mas no es nuevo, pues están

     Argentaria, Safo, Areta,

         Blesilla, y más de un millar

              de modernas, que hoy a Italia

lustre soberano dan,

disculpando la osadía
                                                        de su nueva vanidad
 



Pero del mismo modo, Ribete es vehículo para señalar lo que la sociedad de la época tiene en mente sobre el género femenino y así habla cuando descubre que Leonor busca venganza disfrazada de hombre: 

 
 RIBETE:         ¿Qué intenta Leonor, qué es esto?

                   Mas es mujer.  ¿Qué no hará?

                  Que la más compuesta tiene

     mil pelos de Satanás





 Leonor se viste de hombre para vengar un agravio. Ese artificio era muy utilizado en las comedias del Siglo de Oro. Lope de Vega lo utilizaba con habitualidad; de sus 460 comedias, 113 utilizan el uso del disfraz varonil y Tirso de Molina lo usa en 21 de sus comedias En este caso, el disfraz de varón no aporta a Leonor/Leonardo, cualidades consideradas típicamente masculinas como el valor, porque ella ya es una mujer valiente sin la necesidad del disfraz, pero ante los ojos de los demás, al atuendo la convierte en alguien diferente:

LEONOR:        En este traje podré

                                   cobrar mi perdido honor.



             A lo que su criado responde:



RIBETE:         Oyéndote estoy,

                                              y, ¡por Cristo! que he pensado

                                            que el nuevo traje te ha dado

          alientos.



jueves, 3 de junio de 2021

El genio armonizador : Lope de Vega


Junto a Góngora y Quevedo, una serie de poetas unen los rasgos característicos de la poesía culta del s XVII y armonizan la brillantez culterana y la sutiliza conceptista. Entre ellos destaca Lope Félix de Vega Carpio (1562 -1635).
Su producción lírica es una síntesis de corrientes poéticas: en ella refleja la reedición culta de los cancioneros y las influencias renacentistas de tipo italianizante:


                                    Ir y quedarse, y con quedar partirse,
                             partir sin alma, y ir con alma ajena,
                             oír la dulce voz de una sirena
                             y no poder del árbol desasirse..    Rimas (1602)


Agrupó sus poemas repartidos por todas sus obras dramáticas y narrativas en varios libros: Rimas (1602) Rimas sacras (1614) Romancero espiritual (1610) Triunfos divinos (1625) y Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634)


1.1.    Poesía épica

Compuso dos textos inspirados en la épica italiana del Renacimiento: La hermosura de Angélica (1602) , que parte del Orlando furioso de Ariosto, y Jerusalén conquistada (1609), imitación de la Jerusalén libertada de Tasso. De carácter épico son también La Dragontea (1588), sobre el pirata inglés Francis Drake, y El Isidro (1599) sobre el patrón de Madrid, san Isidro, con el que inaugura una nueva clase de poema hagiográfico, lejos del tono heroico: se ocupa de la santidad de lo cotidiano y lo humilde.


1.2.    Poesía lírica

Como autor lírico recogió sus composiciones en Rimas (1602), Rimas sacras (1614) y Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634). En estos libros Lope nos muestra sus diversas facetas líricas: el poeta vitalista, el petrarquista, el imitador de Góngora, el poeta filosófico, el religioso. Es especialmente interesante su capacidad para verter literariamente sus experiencias cotidianas, para poetizar la circunstancia, preludiando con ello el espíritu del escritor moderno.
Lope se valió de todos los metros, pero destacó particularmente en el uso del romance y del soneto. Sus romances fueron famosísimos. Es, desde luego, uno de los representantes más ilustres del Romancero nuevo o artístico. Fue también un fecundísimo escritor de sonetos, de los que compuso más de un millar. Los sonetos constituyen la base de las Rimas de 1602. Estas Rimas parten de la tradición petrarquista, pero la trascienden por la fuerza vital y emocional que transmiten.
Además de otras composiciones, cien sonetos son también el núcleo de sus Rimas sacras. Este libro muestra la vertiente religiosa de Lope y algunos de sus poemas revelan una profunda espiritualidad, que contrasta con el carácter netamente profano de otras muchas obras suyas. La estructura de las Rimas está cuidadosamente pensada a partir de la idea clásica de variedad, muy adecuada para su finalidad didáctica, según el doble objetivo de enseñar y agradar. Así, el libro es variado tanto estróficamente (sonetos, canciones, romances…) como temáticamente y compositivamente. Esta variedad compositiva se refleja también en la estructura interna de los textos que se ajusta  a modelos artísticos o retóricos de carácter religioso o profano.
Las Rimas de Burguillos y otras composiciones líricas como la Égloga a Amarilis y la Égloga a Claudio, deben interpretarse, junto a otras obras del final de la vida de Lope, como producto de una época de melancolía y decepción, que se transforma en ocasiones en ironía o burla. Debe notarse además que en las Rimas de Burguillos Lope de Vega se desdobla en un personaje, Tomé de Burguillos, ficticio creador de los textos, peculiar individuo, irónico y enamorado, que parece en ocasiones cobrar voz propia. 




Te animo a conocer más cosas de Lope con
  1. Este interactivo sobre Lope de Vega desarrollado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes incluye una biografía del autor, algunas de sus comedias más importantes, audios donde se pueden escuchar algunos de sus sonetos recitados e imágenes que ilustran su vida y el teatro de la época.
  2. En el folleto de la Casa Museo Lope de Vega pueden verse las estancias donde el dramaturgo vivió los últimos 25 años de su vida. El documento aporta datos curiosos sobre las habitaciones y la vida del dramaturgo. 
  3.  Esta divertida biografía animada 
  4. Y por supuesto con El ministerio del Tiempo 

miércoles, 2 de junio de 2021

La base conceptista: Don Francisco de Quevedo



Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580- Villanueva de los Infantes, 1645) fue uno de los escritores más relevantes de nuestro barroco, un gran escritor que manejaba de forma magistral el idioma castellano y un hombre de profundos contrastes.
 Fue en su época poeta conocidísimo desde muy joven. Sin embargo, no llegó a ver publicadas sus obras poéticas en vida, aunque muchas de ellas circularon de forma manuscrita. En 1648, su amigo González de Salas publicó buena parte de ellas en El Parnaso español. Un sobrino del escritor publicó en 1670 otra parte de sus textos poéticos, pero también con alteraciones diversas. Todo ello hace que la poesía de Quevedo haya llegado  hasta hoy con numerosos problemas textuales.
De carácter atormentado, ofrece en su obra el doble plano de las vertientes más contrarias: mundo real y ficción ideal, lo bello con lo vulgar, mostrando con hondura y profundidad el pensamiento del siglo XVII. En él se mezclan el pesimismo filosófico, el escepticismo amoroso y la negra visión de un español desilusionado.

                       ¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!

                       ¡Poco antes, nada; y poco después, humo!

 
 
Si quieres conocer más sobre este autor y su obra entra en Fundación Francisco de Quevedo. 

La abundantísima obra poética de Quevedo (unas mil composiciones) suele agruparse atendiendo a sus temas: poemas filosóficos, morales, religiosos, amorosos, satírico-burlescos y de circunstancias.
          
                   Poemas amorosos
 
Siguiendo la línea de los poetas renacentistas (Boscán, Garcilaso, Herrera ), Quevedo retoma en su poesía amorosa los elementos de la tradición petrarquista: la amada inalcanzable, el sentimiento inquebrantable hacia ella, la silenciosa queja del amante herido de amor, etc., pero adapta estos tópicos a la perspectiva de su propia época con vetas de sombría y,  a la vez, apasionada expresión del afecto. En esta perspectiva, dominada por la presencia constante de la muerte, el amor se muestra como una fuerza que permanece más allá del final de todas las cosas.
El amor, en Quevedo, se presenta de una forma contradictoria: por un lado vence la angustia del tiempo que transcurre inexorablemente, pues perdura más allá de la muerte. Pero, por otra parte, este sentimiento está dirigido a un ideal inalcanzable y, por tanto, es una frustración más. Como otros poetas barrocos, define el amor como un conjunto irreconciliable de elementos contrarios:


   
               Poesía satírica y burlesca: 

 Quevedo abordó la sátira social en diversas composiciones (sonetos, romances y letrillas). Sus mordaces ataques se dirigen a médicos ( a los que consideraba unos "matasanos"), viejas que con cosméticos aparentan ser jóvenes, boticarios, pasteleros... Para todos tiene una crítica burlona y satírica.


 En este poema critica a las mujeres cuyo aspecto externo es pura apariencia. Aquí, la llamada Filena queda “desrealizada”: todo en ella es postizo.
                        

También Quevedo se burlará de los mitos clásicos, parodiando el famoso mito de Apolo y Dafne que el caballero Garcilaso de la Vega nos ofreciera con sus versos suaves y armónicos:  "A Dafne ya los brazos le crecían".

Aquí podéis oír el soneto “A Apolo persiguiendo a Dafne”, donde Quevedo ha convertido a la ninfa en una prostituta y a Apolo en su cliente.

 A Apolo persiguiendo a Dafne

  Otro poema de tono paródico muy conocido de Quevedo es la letrilla "Poderoso caballero es don dinero", un poema en el que el autor juega con la ironía y los dobles sentidos, un tema que ya trató el Arcipreste de Hita y que sigue teniendo plena vigencia en los tiempos actuales. Escuchad con atención la letra del poema en la versión musical de Paco Ibáñez:


     
           Poemas metafísicos y morales

  Se trata de composiciones de tema moral, filosófico y religioso, de tono grave, que ofrecen una visión pesimista de la vida, entendida como camino hacia la muerte. El poeta se muestra constantemente preocupado por la fugacidad del tiempo y desengañado por lo vanas que resultan ser todas las cosas, destinadas irremediablemente a desaparecer.
 El pesimismo en Quevedo se centra en la angustia por envejecer y por morir, la amargura por el rápido paso del tiempo. Escribió Quevedo en una carta: “Hoy cuento yo cincuenta y dos años, y en ellos cuento otros tantos entierros míos. Mi infancia murió irrevocablemente; murió mi niñez, murió mi mocedad; ya también falleció mi edad varonil. Pero ¿cómo llamo vida a una vejez que es sepulcro, donde yo mismo soy entierro de cinco difuntos que he vivido?”



 Actividades para leer a Quevedo: las ha realizado el profesor César López Llera e incluyen actividades sobre su poesía y sobre su prosa.

martes, 1 de junio de 2021

¿Eres fans de nuestro Don Luis de Góngora y Argote?

Góngora es el único autor importante de su tiempo cuya obra está fechada pieza por pieza, con rara precisión, lo que nos invita a leerla cronológicamente, siguiendo los vaivenes de su biografía que expresan toda una filosofía de la vida.

Empezamos con la presentación que el autor de Don Quijote, en el Viaje del Parnaso nos muestra:
Estotro que sus versos encarama
sobre los mismos hombros de Calisto,
tan celebrado siempre de la fama,
es aquel agradable, aquel bienquisto,
aquel agudo, aquel sonoro y grave
sobre cuantos poetas Febo ha visto; 
aquel que tiene de escribir la llave
con gracia y agudeza en tanto extremo,
que su igual en el orbe no se sabe:
es don Luis de Góngora, a quien temo
agraviar en mis cortas alabanzas,
aunque las suba al grado más supremo.
Sabemos que nació un jueves 11 de julio de 1561 y vivió sus primeros años en la llamada Casa de las Pavas, propiedad de su tío Francisco de Góngora. Precisamente por petición de ese tío suyo, el apellido materno (Góngora) se antepuso al paterno (Argote).
¿Cómo era físicamente Don Luis? El mismo se describe en este Romance:
 
 Hanme dicho, hermanas,
que tenéis cosquillas
de ver al que hizo
a Hermana Marica.
Porque no mováis,
él mismo os envía
de su misma mano
su persona misma:
digo su aguileña
filomocosía,
ya que no pintada,
al menos escrita;
y su condición,
que es tan peregrina
como cuantas vienen
de Francia a Galicia.
Cuanto a lo primero,
es su señoría
un bendito zote
de muy buena vida,
que come a las diez
y cena de día,
que duerme en mollido
y bebe con guindas;
en los años mozo,
viejo en las desdichas,
abierto de sienes,
cerrado de encías;
no es grande de cuerpo,
pero bien podría
de cualquier higuera
alcanzaros higas;
la cabeza al uso,
muy bien repartida,
el cogote atrás,
la corona encima;
la frente espaciosa,
escombrada y limpia,
aunque con rincones,
cual plaza de villa;
las cejas en arco,
como ballestillas
de sangrar a aquellos
que con el pie firman;
los ojos son grandes,
y mayor la vista,
pues conoce un galgo
entre cien gallinas;
la nariz es corva,
tal, que bien podría
servir de alquitara
en una botica;
la boca no es buena,
pero a mediodía,
le da ella más gusto
que la de su ninfa;
la barba, ni corta
ni mucho crecida,
porque así se ahorran
cuellos de camisa
.................................. cuellos de camisa; 

Estudió Leyes en Salamanca y allí parece que se inició en las tareas poéticas al tiempo que llevaba una vida alegre y desahogada. De vuelta a Córdoba, comienza su carrera dentro de la Iglesia, propiciada por la herencia de unos beneficios eclesiásticos de un tío suyo. No obstante, su vida sigue siendo un tanto disipada y continúa con sus aficiones literarias. Tras una denuncia del arzobispado, se recata, aunque no renuncia a sus actividades literarias. Viaja mucho en misiones encomendadas por el cabildo. Sus poemas empiezan a granjearle cierta fama y cuando se instala en Madrid en 1617, es ya considerado el mejor poeta de su tiempo. Sin embargo, su vida en la corte no le resulta fácil, aunque haya obtenido el cargo de capellán real. Mueren sus poderosos protectores y sus pretensiones cortesanas se ven frustradas. Amante de la vida lujosa y muy aficionado al juego, se ve acosado por las deudas. Ya enfermo, regresa a Córdoba, donde muere en 1627.




Lope de Vega compuso a la muerte e inmortalidad de don Luís este soneto:
Despierta, oh Betis, la dormida plata,
y coronado de ciprés, inunda
la docta patria, en Sénecas fecunda,
todo el cristal en lágrimas desata. 

Repite soledades, y dilata,
por campos de dolor, vena profunda,
única luz, que no dejó segunda;
al Polifemo ingenio Atropos mata.
 

Góngora ya la parte restituye
mortal al tiempo, ya la culta lira
en cláusula final la voz incluye.

Ya muere y vive; que esta sacra pira
tan inmortal honor le constituye,
que nace fénix donde cisne expira.
SU OBRA 

Góngora es exclusivamente un poeta lírico, excepción hecha de la composición de dos comedias: El doctor Carlino (inconclusa) y Las firmezas de Isabela, obras en las que se aparta del modelo del teatro de Lope de Vega. Se conserva también más de un centenar de cartas, casi todas de la época madrileña, que contienen interesantes datos biográficos y algunos juicios literarios.
La obra lírica de Góngora circuló de forma oral y manuscrita durante su vida. Sus versos se editaron póstumamente, algunas ediciones con comentarios eruditos, como si se tratara de un clásico. Se conserva además un lujoso manuscrito donde se pueden leer los poemas de Góngora acompañados de su fecha de composición, lo que permite trazar con bastante seguridad una cronología de sus poemas.
Estos datos cronológicos han permitido descartar la existencia de dos épocas diferentes en la poesía gongorina, la del poeta fácil, sencillo y popular, y la del escritor oscuro y complejo, puesto que los procedimientos expresivos de su poesía más culta se pueden encontrar en textos muy tempranos de Góngora.
Sin embargo, desde 1609, su intención explícita es la de crear un nuevo lenguaje poético mediante la acumulación e intensificación de recursos retóricos utilizados anteriormente y el uso de otros nuevos. Va a ser a partir de esta voluntad de forjar una nueva poesía cuando componga sus obras mayores: Fábula de Polifemo y Galatea (1612), Soledades (1613-4) y Fábula de Píramo y Tisbe (1618). El resto de su producción poética consta de más de doscientos romances y letrillas al modo popular, unos dos centenares de sonetos, algunas composiciones diversas y un poema inconcluso en octavas reales, el Panegírico al duque de Lerma (1617).

                La poesía de arte menor

Los poemas en versos cortos de Góngora fueron ya muy populares en su época y continuaron siéndolo después. Este extenso grupo de poemas no está exento de artificios y dificultades y siempre se nota, pese a la inspiración popular, la mano del poeta culto.
Las letrillas y otras composiciones de arte menor a veces tienen un tono serio y tratan de temas graves, son muy frecuentes los textos de carácter humorístico o satírico, en los que se utilizan chistes, alusiones desvergonzadas, expresiones escatológicas, etc.
Pese a estos rasgos, no se trata de una literatura intrascendente, puesto que en toda esta poesía satírica se critican muchos de los valores establecidos (el amor, los sentimientos caballerescos, el sentimiento patriótico…)
Sus romances son muy notables y con ellos el Romancero nuevo alcanza sus mayores cimas. También en ellos se alterna e incluso se mezcla lo serio y lo burlesco. Tratan de los más diversos temas: caballerescos, moriscos, de cautivos, pastoriles, amorosos, mitológicos, satíricos…
Entre los romances merece especial atención la Fábula de Píramo y Tisbe, larga composición de más de quinientos versos, escrita en 1618, que resume a la perfección los rasgos más sobresalientes de la poesía gongorina: su tendencia al cultismo junto a su gusto por lo popular, la visión burlesca de la realidad y la reflexión seria, el refinamiento exquisito al lado de la expresión chocarrera. Este poema heroico-cómico narra grotescamente un tema mitológico grave y serio. Con ello, el poeta barroco está burlándose, con actitud distanciada de sus propios mitos.

                  La poesía de arte mayor

Los sonetos
Góngora fue un gran sonetista. Sus sonetos normalmente siguen el modelo clásico de cuartetos expositivos y tercetos conclusivos, aunque a veces utiliza fórmulas distintas.
Abordó en ellos variados temas: amorosos, satírico-burlescos, morales mitológicos, de circunstancias, etc.:
1.      Los sonetos amorosos, más frecuentes al principio de su producción, son de hechura petrarquista, muy literarios y estilizados, y carecen de la pasión vital que transmiten los de Lope o Quevedo.
2.      Los sonetos satírico-burlescos prolongan esta vena típica de otros poemas de Góngora. En ellos, sin renunciar a la perfección formal y a los recursos retóricos de la tradición culta, incorpora elementos de la poesía popular y no evita el léxico coloquial e incluso vulgar.
3.      Los sonetos de tema moral reflejan la situación vital del poeta y, en tono serio o burlón, expresan sus inquietudes, sobre todo los escritos en su última estancia en Madrid, en los que es manifiesto su desengaño, y que entroncarían con el tópico clásico del “menosprecio de corte”
Fábula de Polifemo y Galatea. Soledades.
Con estos dos grandes poemas lleva Góngora a su culminación el estilo culterano. En ellos, las dificultades se acumulan de tal forma que sólo resultan comprensibles para un lector extremadamente culto. Son concebidos como un reto a la inteligencia. Por eso, concitaron desde el primer momento la adhesión o el rechazo absolutos.
La Fábula de Polifemo y Galatea, escrita en octavas reales, se basa en un tema mitológico de tradición clásica: el gigante de un solo ojo Polifemo, enamorado de la ninfa Galatea, enfurece de celos al conocer los amores entre la ninfa y el pastor Acis y arroja un peñasco sobre su rival, que queda convertido en río. Es un poema lleno de imágenes, metáforas, hipérbatos de un gran barroquismo y belleza formal en donde el cordobés demuestra su mejor arte culterano. Apreciad el contraste descriptivo entre la ninfa y el cíclope:
Descripción de Polifemo

(...)Un monte era de miembros eminente
Este que —de Neptuno hijo fiero—
De un ojo ilustra el orbe de su frente,
Émulo casi del mayor lucero;
Cíclope a quien el pino más valiente
Bastón le obedecía tan ligero,
Y al grave peso junco tan delgado,
Que un día era bastón y otro cayado.

Negro el cabello, imitador undoso
De las oscuras aguas del Leteo,
Al viento que lo peina proceloso
Vuela sin orden, pende sin aseo;
Un torrente es su barba, impetuoso
Que —adusto hijo de este Pirineo—
Su pecho inunda— o tarde, o mal, o en vano
Surcada aun de los dedos de su mano (...)
 
Descripción de Galatea

 
(...) Ninfa, de Doris hija, la más bella,
Adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea es su nombre, y dulce en ella
El terno Venus de sus Gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno. 

Purpúreas rosas sobre Galatea
La Alba entre lilios cándidos deshoja:
Duda el Amor cuál más su color sea,
O púrpura nevada, o nieve roja.
De su frente la perla es, eritrea,
Émula vana. El ciego dios se enoja,
Y, condenado su esplendor, la deja 

Pender en oro al nácar de su oreja

Góngora compone las Soledades inmediatamente después del Polifemo. La idea original es que las Soledades fueran cuatro, pero finalmente Góngora sólo compuso la primera y parte de la segunda. En total, unos dos mil versos agrupados en silvas. En la primera, un joven náufrago es acogido por unos cabreros que celebran unas bodas. En la Soledad segunda, convive con unos pescadores. En realidad, el argumento no es lo más importante sino el uso de los recursos formales que aportan estilización, sensorialidad, musicalidad, color, brillo y luz. Las Soledades  es una obra de difícil comprensión y en su época suscitó numerosas polémicas entre defensores y detractores.  Os dejo el inicio de su Soledad primera:
Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
—Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo—,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
—Náufrago y desdeñado, sobre ausente—,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arïón dulce instrumento. 

El magisterio de Góngora dio origen a una escuela poética gongorina o culterana pero su influjo no terminó ahí. En el siglo XX, Dámaso Alonso explicó los versos de la obra para hacerlos más asequibles al público y el estilo metafórico y embellecido del cordobés ha traspasado su propia época, pues generación posteriores de poetas lo han admirado y seguido (como así  lo hicieran los poetas de la Generación del 27)
  
Si pinchas en la imagen podrás visitar la exposición que durante el 2012 se realizó para
la conmemoración del 450 aniversario del nacimiento de Luis de Góngora

http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Gongora/

Puedes también realizar un paseo gongorino por Córdoba