miércoles, 23 de febrero de 2022

Mitos griegos... de ayer, de hoy, de siempre.


¿Qué es un mito?

Un mito ( del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, los cuales buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno.



Un mito es una narración fabulosa que relata el origen de los elementos más importantes para una cultura. En este tipo de narración, los protagonistas son dioses o héroes. A diferencia de los relatos puramente fantasiosos, los mitos se originan en las creencias religiosas de una comunidad y, por eso, nos dicen acerca del modo en que una cultura considera el mundo natural y social que la rodea.
Todas las civilizaciones han atravesado un momento de su historia que es anterior al desarrollo del pensamiento racional y científico, y han buscado respuestas a sus temores, sus desconciertos y sus esperanzas a través de relatos que procuraban explicarlos.

De ese modo han creado historias que, hoy día, nos deslumbran con su belleza, como el mito griego que explica la sucesión de las estaciones a lo largo del año.


Según ese relato, Hades, el dios de los muertos, se había enamorado de la joven Perséfone y la llevó con él a su palacio en el mundo subterráneo. Pero esta acción planteó un grave problema: la madre de Perséfone era Deméter, la diosa de la agricultura.
Desesperada por la desaparición de su hija, Deméter cayó en una enorme tristeza, se aisló en una montaña y, en su ausencia, la tierra dejó de dar frutos. Zeus, el rey de los dioses, no pudo soportar esa desolación y envió a su hijo Hermes para que convenciera a Hades de dejar libre a la muchacha durante una parte del año. Por eso, decían los griegos, tenemos seis meses en que la tierra está triste y no da frutos, y otros seis en los que, al volver Perséfone con su madre, la tierra se alegra y florece.

Al principio, los mitos estaban ligados a ritos de tipo religioso.

¿Cómo surgieron los mitos?

En su origen, los mitos son relatos anónimos. No sabemos quién fue el primero en contar un mito, porque los mitos pertenecen al alma de un pueblo.
Otra característica de los mitos es que las acciones que narran se ubican en un tiempo indefinido y en lugares poco precisos. Surgen porque todos los pueblos, en algún momento de su historia, sintieron la necesidad de explicar el universo, los orígenes de la Tierra, de su gente, de sus costumbres y tradiciones, y también los fenómenos naturales.

Muchas civilizaciones de distintos lugares del mundo y en diversos momentos históricos buscaron explicar los mismos hechos, sucesos o fenómenos por medio de los mitos. Por eso, no debe extrañarnos que culturas tan diferentes como la griega, la egipcia o la maya, entre muchísimas otras, hayan creado relatos míticos que explican, por ejemplo, la sucesión de las estaciones a lo largo del año. Y tampoco debe sorprendernos que esos relatos no sean iguales: cada cultura, cada civilización, elaboró sus propios mitos siguiendo sus creencias y su modo de entender el mundo, y los adecuó a aquello que es creíble para los integrantes de cada comunidad en particular.

Para nosotros, los mitos hoy por hoy pueden ser tomados como pura fantasía porque nos presentan hechos y personajes sobrenaturales; sin embargo, es importante recordar que, para las civilizaciones que les dieron origen, narraban historias que se consideraban verdaderas: cada pueblo necesitó comprender su entorno, su naturaleza, para poder sentirse más seguro, y los mitos colaboraron para que eso sucediera.

Los mitos griegos

La mitología griega comprende el conjunto de mitos pertenecientes a los antiguos griegos —un pueblo cuyos orígenes se remontan a aproximadamente 1.200 años antes de Cristo y alcanzó su esplendor en el siglo v antes de nuestra era— y que fueron reelaborados por la civilización romana cuando invadió Grecia e incorporó gran parte de su cultura y su religión.

 Esos mitos cuentan historias de dioses y de héroes, relatan el origen del mundo y explican, también, fenómenos naturales. Los dioses de la mitología griega tenían figura humana y personificaban las fuerzas del universo; por ejemplo, el rayo, la furia del mar, el misterio del mundo subterráneo, el amor y la discordia.

Al igual que los hombres, los dioses a veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras veces eran vengativos o celosos. Los humanos solían solicitarles el favor de sus poderes y, para obtenerlo, sacrificaban bueyes o corderos. Sin embargo, esos sacrificios no eran siempre efectivos, ya que los dioses griegos se comportaban de manera muy caprichosa.
Al igual que lo sucedido con otras culturas, los mitos griegos comenzaron siendo de tradición oral —es decir, se contaban de padres a hijos— y, por lo tanto, nunca se transmitían exactamente de la misma manera. Cada vez que alguien contaba una de esas maravillosas historias podía agregarle algún detalle o quitarle algún otro; pero siempre los personajes, la historia y el sentido general del mito mantenían la esencia de su origen.

Con el correr del tiempo y la aparición de la escritura, los mitos fueron incorporados a diversas obras literarias. Así llegaron a nuestros días y de ese modo podemos conocerlos y seguir disfrutando de ellos.


Entre las obras más importantes inspiradas en los mitos griegos se encuentran la Ilíada y la Odisea —dos poemas épicos atribuidos a Homero—, la Teogonía y Trabajos y días —dos poemas didácticos escritos por Hesíodo—, y las tragedias compuestas por Esquilo, Sófocles y Eurípides. 

En el mundo romano, la obra fundamental es el extenso poema llamado Las metamorfosis, de Ovidio. 

Desde el Olimpo

El monte Olimpo es una de las mayores elevaciones de Grecia. Según la mitología, en la cima de ese monte vivían los principales dioses, que por ese motivo se conocían con el nombre de dioses olímpicos.
Los dioses olímpicos eran: Zeus, Hefesto, Atenea, Apolo, Hermes, Artemisa, Poseidón, Eros, Afrodita, Ares, Dioniso, Hades, Hestia, Deméter y Hera.
Los griegos habían elaborado muchas fantasías acerca de cómo era el hogar de los dioses. Se lo imaginaban como una mansión grandey espaciosa, donde los dioses formaban una sociedad que estaba organizada en función de la autoridad mayor, que era la del dios Zeus.

Zeus (Júpiter para los romanos) era el dios del cielo y del rayo: junto a su esposa Hera (la Juno romana) gobernaba a los dioses del monte Olimpo como si fuese un gran jefe al que todos acudían. Su hermano Poseidón (el Neptuno de los romanos) tenía poder sobre los mares y Hades (el Plutón de los romanos) reinaba sobre el mundo subterráneo. Eros (Cupido) y Afrodita (Venus) eran las divinidades del amor; Ares (Marte), el dios de la guerra; Atenea (Minerva) era también una diosa combativa que representaba la sabiduría y protegía las técnicas; su hermano Apolo simbolizaba la claridad del Sol y sus atributos eran el arco y la lira; Artemisa (Diana) era la protectora de la vida silvestre y se la relacionaba con la Luna, y Hermes (Mercurio) era el guardián del comercio y el mensajero de los dioses. Hefesto (Vulcano) era el herrero de los dioses, mientras que Dioniso (Baco) era el dios del vino.


Dioses, héroes y mortales

Los dioses olímpicos eran seres inmortales y todopoderosos. Su bebida era el néctar y su comida, la ambrosía, sustancias exquisitas relacionadas con la inmortalidad. Tenían forma humana y sus sentimientos eran similares a los de los seres humanos. Sentían envidia, amor, celos, ira, alegría, y reaccionaban como puede reaccionar cualquier mortal: se enojaban, planeaban venganzas, ayudaban a sus favoritos, hacían sufrir a aquellos con quienes se enojaban, se peleaban, se enamoraban, discutían y se reconciliaban. A diferencia de los seres humanos, los dioses del Olimpo poseían el don de la belleza y la juventud eterna; podían llegar a sufrir, pero jamás morían. A menudo se presentaban ante los mortales asumiendo “disfraces” de animales o haciéndose pasar por seres humanos.

Muchas veces los dioses engendraban hijos con seres humanos. Los descendientes de esas uniones eran héroes y heroínas (o semidioses), que tenían algunas características exclusivas de los dioses y otras de los mortales. Poseían dones y poderes especiales; pero, a diferencia de los dioses, eran mortales. Los héroes estaban en contacto con los dioses y se vinculaban con ellos para que los ayudaran a vencer, con sus poderes, los obstáculos y las dificultades que se les presentaban.



Algunos de los muchísimos héroes de la mitología griega son Heracles, Helena y Eneas. Heracles (Hércules, para los romanos), hijo del dios Zeus y la mortal Alcmena, tenía una enorme fuerza. Helena, hija de Zeus y Leda, era famosa por su belleza. Eneas, uno de los héroes que combatieron en la guerra de Troya, había nacido de la unión de la diosa Afrodita con Anquises, un mortal.

En la mitología griega también existen las deidades menores o secundarias, como las ninfas, las cuales están vinculadas con diversos elementos de la naturaleza. Además, son frecuentes las criaturas fantásticas: los monstruos, como Medusa, o los seres que son mitad animal y mitad humano, como las sirenas o los centauros.




Prometeo, Pandora, Deucalión y Pirra (el equivalente griego al arca de Noé de la Biblia) Apolo y DafneHércules y la hidra de Lerna, el rapto de Europa, Teseo y el minotauro, Ícaro y Dédalo, Edipo y el enigma de la esfinge, Aracne, Perseo, Orfeo y Ulises forman los 14 mitos relatados en libro Mitos griegos de María Angelidou.



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