Benito Pérez Galdós es el autor más destacado del realismo español; un
hombre abierto al progreso y con una idea crítica del patriotismo;
concibió su obra narrativa como un medio para abordar los problemas de su tiempo: anhelos, inquietudes o frustraciones. Reflejó las estructuras
sociales del momento, sobre todo la clase media en un ambiente urbano,
Madrid; ahondó en realidades políticas y sociales a través de sus
personajes y sus conflictos. Su obra constituye una verdadera crónica
del siglo XIX español.
Benito Pérez Galdós es el novelista más
popular, más leído, más prolífico y más dotado de su época: un gigante
que cubre con su obra cien años de la historia de España. Cuando llegó a
Madrid en 1862 a estudiar Leyes, la ciudad “se le metió por los ojos”,
absorbiendo toda su atención.
En Memorias de un desmemoriado,
Galdós explica cómo “en aquella época de graves sucesos políticos”, que
desemboca en la revolución que derroca a Isabel II, “respirando la
densa atmósfera revolucionaria creía yo que mis ensayos dramáticos
traerían otra revolución más honda en la esfera literaria”.
En estos años, de gran vitalidad,
inquietud y curiosidad, Galdós vive en los cafés, en el viejo Ateneo y
en el casino; pasea, observa y escucha al pueblo de Madrid, y viaja por
España y Europa. En 1867 visita Parías y su Exposición Universal, y
conoce las obras de los grandes novelistas, Dickens, Balzac, Stendhal y
Flaubert. A su regreso a Madrid, entre 1865 y 1868, se dedica al
periodismo y comienza a escribir La sombra y El audaz, que publica por entregas en la Revista de España.
La
Revolución de 1868 y la Constitución del 69 representan la esperanza de
una España democrática y liberal, pero los turbulentos acontecimientos e
inestabilidad política que le siguen impulsan a Galdós a escribir La Fontana de Oro (1870), primera de sus novelas que supone una advertencia pública.
Si os apetece leerla, haced clic en la portada de la novela.
En los años que van desde 1873, en que
comienza a escribir los Episodios Nacionales, hasta 1881, fecha de La
desheredada, la primera de sus novelas contemporáneas, Galdós cree que
es la clase media la que debe llevar a cabo la transformación política y
social del país; y dirige sus esfuerzos, tanto en los Episodios como en
sus novelas de carácter o de tesis (Doña Perfecta, Gloria, Marianela o La familia de León Roch),
a luchar contra la intolerancia y el despotismo que, en su opinión,
afectan a toda la vida nacional e impiden la convivencia entre los
españoles.
Entre 1873 y 1879 escribe dos series de
diez episodios cada una (veinte novelas), a las que traslada los
problemas de la situación política que está viviendo.
En sus novelas contemporáneas, Galdós
inventa un mundo ficticio en el que refleja la realidad de la época y
donde Madrid adquiere un papel protagonista. A través de los barrios
madrileños, sus calles, plazas, iglesias, comercios y habitantes, el
autor canario ofrece su visión de la España de la época.
Su realismo se enriquece con la creación
de personajes más complejos que, en un momento histórico y en una
situación social determinados, expresan sus sueños, sus fantasías, sus
recuerdos y deciden según sus conciencias. Incorpora, además, elementos
naturalistas: las causas biológicas y, especialmente, sociohistóricas de
la conducta de los personajes; pero, finalmente, estos actúan movidos
por sus valores.
La serie de novelas contemporáneas de
Galdós se encuentran en prácticamente todas las bibliotecas , pero para aquellos que deseen leerlas en versión
digital, aquí están:
Tras Restauración de
Alfonso XII (1874), Galdós deja de hablar de libertad y de tolerancia y
comienza a hablar de justicia social. En las puertas del siglo XX,
desengañado de la clase media, con los ojos puestos en el pueblo y en la
única salvación del mundo por el amor y la fraternidad universal,
escribe Galdós sus obras espiritualistas: Ángel Guerra, Nazarín, Misericordia y El caballero encantado.
El triunfo de Electra (1901) en el Teatro Español
coincide con el malestar social y se interpreta como un arma política.(Si queréis leerla, pinchad en la imagen).Como la Generación del 98,
Galdós quiere que España se transforme en un país nuevo, moderno y
europeo. En 1910 se queda definitivamente ciego y, debido a su
pensamiento radical, los grupos reaccionarios en el poder se oponen a
que le concedan el Premio Nobel. En enero de 1920 muere.
La página de autor de la Biblioteca Virtual Cervantes nos aporta innumerables datos sobre su vida y su obra:
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