Sabemos que la obra de Cervantes ha recorrido gran parte del mundo llegando hasta China. Y no deja de ser curioso que el propio Cervantes en su dedicatoria al Conde de Lemos en la segunda parte de El Quijote (1615) escribiese:
" Es mucha la prisa que de infinitas partes me dan a que envíe la segunda parte de El Quijote,
y el que más ha mostrado desearlo ha sido el gran emperador de la
China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta
con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se la
enviase [la segunda parte] porque quería fundar un colegio donde se
leyese la lengua castellana. Y quería que el libro que se leyese fuese
el de la historia de don Quijote. Justamente con esto, me decía que
fuese yo a ser el rector de tal colegio.
Pregúntele al portador si Su Majestad le había dado para mí alguna ayuda
de costa. Repondióme que ni por pensamiento. «Pues, hermano – le
respondí yo-, vos os podéis volver a vuestra China a las diez, o a las
veinte, o a las que venís despachado, porque yo no estoy con salud para
ponerme en tan largo viaje; además que, sobre estar enfermo, estoy muy
sin dineros, y emperador por emperador, y monarca por monarca, en
Nápoles tengo el grande conde de Lemos, que sin tantos titulillos de
colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la
que yo acierto a desear"
No deja de ser curioso ver que cinco siglos después el Quijote
sea una de las 30 lecturas obligatorias para los alumnos de secundaria
chinos y que, efectivamente, existe un centro de enseñanza de español
que lleva por nombre Instituto Cervantes que cuenta con una sede en
Pekín.
El Quijote (primera parte) llegó a China en el año 1922, traducido del inglés por los literatos chinos Lin Shu y Chen Jialin, con el título de Moxiazhuan ( Biografía del caballero loco), fue publicado por la Casa Editorial del Comercio de Shanghai. Esta traducción posee tres características: primera, ninguno de los dos traductores sabía el español; segunda, la cooperación de los dos traductores era muy particular: Chen Jialin, quien sabía el inglés,interpretó el Quijote verbalmente de una versión inglesa al chino, y, al mismo tiempo, Lin Shu anotó toda la interpretación de Chen, pero a la manera como él entendía y como él quería; tercera, Lin Shu lo expresó todo en el idioma chino antiguo. Es comprensible que esta edición no circulara mucho tiempo.
Luego aparecieron adaptaciones de otros traductores en los años 1930, 1933 y 1937, pero tampoco duraron. En los años 40, apareció otra edición del Quijote (primera parte), traducida por Fu Donghua, pero más completa y detallada que las anteriores.
Después de la fundación de la Nueva China en el año 1949, el nuevo gobierno dio mucha importancia al desarrollo cultural. En 1955, China celebró el 350 aniversario de la publicación del Quijote, y al mismo tiempo publicó el Quijote completo, también traducido del inglés por Fu Donghua, pues todavía en los años 40 los literatos chinos no sabían que del Quijote existía una segunda parte.
Hoy en día, existen en China 18 ediciones distintas del Quijote: una edición parcial, varias ediciones en miniatura, varias ediciones infantiles y ocho ediciones completas, pero, de las que circulan, solamente hay tres o cuatro ediciones completas, hechas naturalmente por los traductores más prestigiosos.
El Ministerio de Educación también daba mucha importancia a la edición y a la divulgación del Quijote en la enseñanza. En el año 1980 se introdujo en los textos de enseñanza primaria el pasaje de los Molinos de Viento. En aquel entonces, China tenía unificados los textos de enseñanza, lo que significa que diez millones de alumnos de primaria leyeron este relato.
Al principio de la década de los noventa, el Ministerio formuló una lista de lectura recomendada para los jóvenes chinos, y en la lista figuraba el Quijote.
Para elevar la calidad formativa general de los alumnos, a finales del siglo XX el Ministerio de Educación hizo una lista de lectura obligatoria para los estudiantes secundarios que implicaba 30 títulos de la literatura clásica del mundo. El Quijote es uno de ellos.