Cada año el 16 de diciembre celebramos el Día de la Lectura en Andalucía.
Esta efemérides, instituida por la Junta de Andalucía, tiene su origen
en el día de nacimiento de Rafael Alberti y en la fecha del homenaje a
Góngora en el Ateneo de Sevilla en 1927 que daría lugar a la Generación
del 27.
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro
Andaluz de las Letras y la Gerencia de Instituciones Patrimoniales,
celebrará este año el Día de la Lectura en Andalucía en torno a la obra Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, de cuya publicación se celebrará el centenario el próximo año 2014.
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Logotipo del Centenario |
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En el año 1914 vio la luz la primera edición de 'Platero y yo'
(Ediciones de la Lectura), y en 1917 se publicó la edición completa,
compuesta por 138 capítulos (Editorial Calleja, Madrid). Juan Ramón
Jiménez tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos,
incluso existen tres adicionales escritos en la década de 1920, y además
llegó hasta planear una segunda parte, bajo el nombre de 'Otra vida de
Platero'. La obra ha sido traducida a 48 idiomas, así como al esperanto y
al braille.
Juan Ramón Jiménez
100 años de Platero y yo
LEER NOS HACE LIBRES
La lectura nos hace libres. Ante un libro, las
barreras o muros que al hombre condicionan y que lo distancian de los demás: su
raza, su credo, su cultura o condición social, nada importan, es solo un ser
con un libro. Es un ser humano con una historia, y en ella nos podemos sumergir
hasta llegar a lo más profundo, así como sobrevolar sobre ella, como pájaros
silvestres, olvidando nuestras miserias humanas, hasta hacer nuestra una
historia que construya nuestra mente y conmueva nuestra alma.
Cuando un escritor auténtico, genuino, se pone a
escribir, como humildemente intento yo ahora, las palabras brotan solas, fluyen
como un río y se agolpan. El corazón quien manda, quien va poniendo sentimiento
a cada palabra, cada acento, cada coma, incluso cada punto. Lo bello recorre
cada rincón de tu ser, cada recoveco, hasta expandir todo ese sentimiento a
través del pensamiento y de su expresión. Porque como decía Juan Ramón Jiménez:
“escribir no es poner frases, es copiar el alma”. Y esa alma del escritor se
confunde con la nuestra que la leemos y la sentimos, y ya no podemos
desligarlas.
El lector es capaz, si lo desea, de llevar cada
historia a su terreno, de hacerla más grande y más luminosa, en definitiva,
podemos ir más allá de las letras o del contenido concreto. El libro, en
definitiva, nos hace libres para construir otra historia a la que nuestra
propia mente nos ha llevado, enriquecida con todo lo que nuestra inteligencia y
nuestro corazón han ido asimilando. Y todo ello nos hace ir creciendo,
formándonos, haciendo de nosotros seres diferentes.
El libro va dejando, en cada uno de nosotros, un
caudal de conocimientos, una mina de sentimientos que conformarán nuestro ser y
nos hará personas que merezcan la pena. Gracias a los libros podemos recorrer
otros mundos, conocer otras culturas, otros tiempos y gozar de algo anhelado
desde siempre por el hombre: el don de la ubicuidad.
¿Hay algo en esta vida que nos pueda aportar
tanto como un libro? Creo que no. Por eso, en el día de la lectura, debemos
reflexionar y mostrar a todos, y muy especialmente a los niños, todo lo que los
libros nos aportan, hacerles ver que, sobre todo, hacen de nosotros seres más
ricos, en sentimientos y valores, y más libres, y esta libertad destruirá los
condicionamientos con los que nacemos, vivimos y morimos, y que nos separan a
unos seres de otros.
Este año recomendamos la lectura de “Platero y
yo”, cuyo centenario celebraremos en 2014 y que es ya un libro universal. El
poeta moguereño no escribió este libro para niños, ni se debe limitar a ellos
aunque se destaquen los valores de la infancia. Juan Ramón quería hacernos ver
que debemos vivir en esa isla espiritual, como él la llamaba que es la niñez y
de la que nunca debemos salir por ser el único sitio donde podemos encontrar la
felicidad.
Él, que siempre vivió y se sintió como un niño,
que era capaz de asombrarse cada día de lo más hermoso que nos da la vida, de
encontrar, incluso en su ancianidad, bellos reflejos en la luna y nuevas
caricias en el viento, quiso a través de ese diálogo con Platero y con la
Andalucía de su época resaltar aquellos valores que nunca debemos perder y por
los que merece la pena luchar: el trabajo, la sencillez, la gratitud y muy especialmente,
la amistad y el amor.
Platero ha sobrevolado y cabalgado por todos los
países, todas las lenguas, todas las culturas y todas las religiones. Ha sido
capaz de emocionar a millones de seres sin importar las barreras culturales.
Platero vuela libre, pero llevando consigo a su tierra, a sus gentes, a su
Andalucía, que como él, se han hecho grandes, inmensas e universales a través
de este libro.
Si como os hago ver en este texto, leer nos hace
libres, así también lo son esos libros que merecen la pena y que nunca debemos
abandonar; de lo contrario nos perderemos lo más grande que nos da la vida, el
vehículo que nos ayuda a alcanzar los valores más apreciados y por los que el
hombre siempre ha luchado, la libertad, liberándonos de los condicionamientos
de la vida, y el amor por todo aquello que nos rodea, sin limitaciones en el
tiempo y en el espacio.
Carmen Hernández- Pinzón Moreno
Pincha en la imagen para leer el primer capítulo
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LEER NOS HACE LIBRES