Concluimos el mes de febrero celebrando, una vez más, el 28F Día de Andalucía. La efemérides nos parece una oportunidad idónea para acercarnos a la figura de uno de los andaluces más renombrados en todo el mundo: el insigne dramaturgo y poeta granadino Federico García Lorca (1898-1936).
Perteneciente a ese grupo irrepetible de poetas que fue la Generación del 27, García Lorca fue un espíritu libre y culto, que mantuvo una prolífica actividad creativa como pintor, autor teatral y poeta. Fue amigo de grandes poetas coetáneos, como Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, y también cultivó una estrecha amistad con personajes tan destacados como el pintor Salvador Dalí o el cineasta Luis Buñuel, a los que conoció durante su etapa en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Persona cosmopolita y abierta, nunca tuvo afiliaciones políticas, aunque fue una figura referente de la cultura española durante los años de la Segunda República. Debido a esta relevancia pública, a su amistad con figuras políticamente comprometidas y a su condición de homosexual, fue arrestado apenas un mes después de iniciada la Guerra Civil española y probablemente fusilado de forma inmediata.
El estilo poético de Federico García Lorca es muy personal y se fue perfilando a la par que se sucedían sus propias vivencias, en unos años de gran efervescencia política y cultural. Uno de los hitos de su poesía fue la publicación en 1928 de su obra Romancero Gitano, compuesta por 18 romances, que giran en torno a la cultura gitana; esta es mitificada por el poeta, que llena sus versos de símbolos y metáforas, consiguiendo que una poesía de temática costumbrista brille con un intenso lirismo.
De este magnífico Romancero - cuya lectura íntegra os recomendamos -, hemos elegido la poesía titulada San Rafael (Córdoba), que García Lorca dedicó a Juan Izquierdo Croselles, historiador y amigo, como tantos, del universal granadino.
| | | | Coches cerrados llegaban a las orillas de juncos | | | | donde las ondas alisan | | | | romano torso desnudo. | | | | Coches, que el Guadalquivir | | | | tiende en su cristal maduro, | | | | entre láminas de flores | | | | y resonancias de nublos. | | | | Los niños tejen y cantan | | | | el desengaño del mundo, | | | | cerca de los viejos coches | | | | perdidos en el nocturno. | | | | Pero Córdoba no tiembla | | | | bajo el misterio confuso, | | | | pues si la sombra levanta | | | | la arquitectura del humo, | | | | un pie de mármol afirma | | | | su casto fulgor enjuto. | | | | Pétalos de lata débil | | | | recaman los grises puros | | | | de la brisa, desplegada | | | | sobre los arcos de triunfo. | | | | Y mientras el puente sopla | | | | diez rumores de Neptuno, | | | | vendedores de tabaco | | | | huyen por el roto muro. | | |
|
|
II
|
| Un solo pez en el agua | | | | que a las dos Córdobas junta: | | | | Blanda Córdoba de juncos. | | | | Córdoba de arquitectura. | | | | Niños de cara impasible | | | | en la orilla se desnudan, | | | | aprendices de Tobías | | | | y Merlines de cintura, | | | | para fastidiar al pez | | | | en irónica pregunta | | | | si quiere flores de vino | | | | o saltos de media luna. | | | | Pero el pez, que dora el agua | | | | y los mármoles enluta, | | | | les da lección y equilibrio | | | | de solitaria columna. | | | | El Arcángel aljamiado | | | | de lentejuelas oscuras, | | | | en el mitin de las ondas | | | | buscaba rumor y cuna. | | |
|
|
| Un solo pez en el agua. | | | | Dos Córdobas de hermosura. | | | | Córdoba quebrada en chorros. | | | | Celeste Córdoba enjuta. |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario