sábado, 28 de mayo de 2016

Versos de oro

La poesía tiene en el siglo XVII un enorme desarrollo. No sólo se cultiva poesía lírica y épica, sino que la poesía dramática ,los dramaturgos eran llamados poetas tiene ahora excepcional importancia. De hecho, las obras teatrales, escritas en verso, sirvieron para la popularización de la poesía, que también se difundió oralmente en universidades, academias, justas y certámenes poéticos, lecturas públicas en casa de los mismos poetas, recitados de poesía popular en la calle, etc. Lógicamente, el desarrollo de la imprenta contribuyó a la divulgación de los textos poéticos, muchas veces acompañados de grabados o ilustraciones.
  La poesía barroca refleja la conciencia de crisis, el pesimismo y el desengaño característicos de esta etapa cultural. Presenta gran variedad de formas, estilos y temas
Se llevan al extremo los temas renacentistas:
 La belleza de la mujer amada se aleja de la armonía renacentista y supera a la propia naturaleza. Vinculada con el tópico del Carpe diem, se destaca el efecto demoledor del paso del tiempo.

La naturaleza idílica del Renacimiento se transforma en naturaleza sensual, llena de colores y sonidos.

La mitología continúa siendo un punto de referencia y génesis de asuntos que son tratados a veces con tono noble y solemne y otras con efectos paródicos y burlescos.
La crisis despierta el interés por temas morales y filosóficos: la vanidad de las cosas, el engaño de las apariencias, el paso del tiempo (presente en el tema del reloj, las ruinas, el Ubi sunt?, el Tempus fugit…) la presencia de la muerte, el sueño como símbolo de vida y muerte, etc. Las circunstancias sociales de corrupción desembocaron en una poesía satírica donde se criticaba tipos y costumbres de la época y se hablaba del problema de España.


Los tres poetas barrocos más destacados son Lope de Vega, Góngora y Quevedo.

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