Babelia ha preguntado a una cincuentena de críticos y colaboradores
cuáles son los mejores libros de 2015. Cada miembro de este jurado,
formado por 24 hombres y 22 mujeres de España y América Latina, ha
elegido sus mejores cinco opciones, a las que han adjudicado 5, 4, 3, 2 y
1 punto. La lista refleja un escenario variado
de autores de distintos orígenes y de géneros. Destaca el
reconocimiento de las memorias y diarios, así como del ensayo, un papel
menor que otros años para la narrativa, y un espacio para la poesía. A
continuación, los libros más puntuados.
1 Los diarios de Emilio Renzi. Años de formación. Ricardo Piglia. Anagrama
Los años de formación de un artista adolescente son narrados en estos
diarios donde Emilio Renzi cuenta al detalle su educación formal y
sentimental, transitando por una Argentina idílica, artística y
política. En una escena inicial se cuenta una anécdota en la que Renzi
conversa con Jorge Luis Borges y ante un comentario Borges lo descubre
como escritor. Renzi (más que un alter ego de Piglia, un
reflejo) va transformándose en aquello que Borges ha descubierto en él.
Entre el asombro y el descubrimiento, Emilio Renzi es el mejor Piglia, el lúcido, el de la palabra precisa y la anécdota de largas consecuencias.Iván Thays
2 Farándula. Marta Sanz. Anagrama
Es el mundo de la farándula, pero es también el otro lado de la
medalla, oculto a la mirada exterior, el que recorre la novela de Marta
Sanz que lleva ese nombre. Espectáculo inquietante de una sociedad de
consumo que lame varias heridas, la precariedad del empleo, la
vulnerabilidad física, o la soledad del mundo globalizado en la lógica
del mercado y el éxito individual. La autora nos muestra las grietas por
las cuales se escapa el gas tóxico del desarraigo que domina el mundo
del espectáculo, como si la superficie lisa de la imagen fuese también
la risa sardónica de otra realidad que se yergue contra la falsedad de
bienestar, contra la “sociedad del espectáculo”, esmaltada por la
publicidad. Una ética de la novela realista que construye a partir de
estas vidas tan brillantes como fatuas. Patricia de Souza
3 Diarios (1956-1985). Jaime Gil de Biedma. Edición de Andreu Jaume. Lumen
Coincidiendo con la reedición de las Memorias de Carlos
Barral, uno de sus grandes “compañeros de viaje”, se publican los
diarios completos del poeta de la llamada Escuela de Barcelona que más
huella ha dejado. Hasta ahora sólo habíamos podido leer Retrato del artista en 1956. Ahora se le suman Diario de moralidades. 1956-1965, Diario de 1978 y Diario de 1985.
Reunidos, constituyen ante todo la biografía moral, amén de
intelectual, del poeta que en el fondo quería ser poema, del despertar
de la vocación literaria a la amenaza de la muerte, encarnada en la
enfermedad del siglo XX, el sida. M. Ángeles Cabré
4 La guerra no tiene rostro de mujer. Svetlana Alexiévich. Traducción de Yulia Doblovolskaia y Zahara García González. Debate
La utilización de la buena literatura para hacer periodismo no es
nueva. Lo es que a alguien le concedan el Nobel por ello. Lo hizo García
Márquez, que se sentía periodista antes que nada. Hace poco
coincidieron Gabo desde América Latina y Kapuscinski desde la vieja
Europa, y ambos confluyeron. Una síntesis es la bielorrusa Alexiévich.
De ella se han traducido al castellano una crónica sobre Chernóbil, la
historia de los millones de mujeres que combatieron en el Ejército Rojo
en la Segunda Guerra Mundial y la destrucción de la URSS en la vida de
los verdugos y las víctimas. El mínimo común es el fracaso de la
transformación del hombre antiguo en el Homo economicus. Con
sólo una grabadora y una pluma, Alexiévich escribe novelas corales, de
no ficción, sobre seres traumatizados por situaciones excepcionales a
los que da voz y que cuentan la parte no heroica de sus vidas. Joaquín Estefanía
5 Sumisión. Michel Houellebecq. Traducción de Joan Riambau. Anagrama
Distopía cercana. Un profesor de la Sorbona se enfrenta al cambio.
Entre la acción y la reflexión, narra la rendición que lleva a la
conversión de Francia al islam. ¿Cómo? Francia 2022. El Frente Nacional
va a ganar las presidenciales. Para evitarlo se une la izquierda a un
partido musulmán. Vencen, nihilismo convertido en mandato. La
civilización es dominio de lo salvaje, mientras que el desprecio al
otro, a la mujer, es sumisión. No hay juicio, sí perfecto juego de la
tensión narrativa para iluminar la tempestad. ¿Cómo? “… una especie de
duda generalizada, la sensación de que no había nada de qué alarmarse”. Esther Bendahan
6 Eso. Inger Christensen. Traducción de Francisco J. Uriz. Sexto Piso
(Según sus editores) una cosmogonía, pero también un ejercicio de
crítica política, una reflexión aguda y dolorosa acerca del empleo, una
celebración de todo lo que existe. En un año con libros notables de
Esperanza López Parada, Carlos Pardo y Rafael Espejo (por mencionar sólo
españoles), Eso, de Inger Christensen, destaca por permitir
acceder a su lector al lugar “donde idioma y mundo se tocan fructifican
de- / forman o sea lo que sea lo que se hacen mutuamente”, que es el
lugar del que proviene toda la poesía de relevancia; también (y
particularmente) la que resiste intentos como éste de explicarla. Patricio Pron
7 La ley del menor. Ian McEwan. Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama
¿Qué sucede cuando el código moral de un individuo se opone al de su
sociedad? ¿De qué manera podemos defender a una persona de sus propias
acciones perniciosas? ¿Cómo saber cuándo un adolescente es responsable
de sus actos? ¿Cuál es la función de nuestras leyes y cómo diferenciarla
de la de nuestras normas éticas individuales? En éste, su último libro,
Ian McEwan destila estas vastas preguntas en novela ejemplar para
nuestro preocupante siglo. La ley del menor es a la vez la
crónica de un conflicto familiar y una lúcida exploración del rol de la
justicia en nuestra sociedad. Una vez más, McEwan confirma su posición
como el mejor y más ambicioso novelista de su generación. Alberto Manguel
8 Freud. En su tiempo y en el nuestro. Élisabeth Roudinesco. Traducción de Horacio Pons. Debate
Sigmund Freud, el padre de la interpretación de la conducta humana y
para quien el psicoanálisis era el único compromiso político posible,
fue víctima de un mal uso de su propia medicina. Su biógrafo oficial y
uno de sus discípulos más brillantes y fieles, Ernest Jones, lo
interpretó demasiado ensimismado y apegado a las drogas. Otros, como
Peter Gay, no tuvieron acceso a los archivos freudianos conservados en
la Biblioteca de Washington, abiertos en 2010, año en que Élisabeth
Roudinesco comienza su investigación para escribir el retrato social,
intelectual y científico de un hombre cuya complejidad fue paralela a
los clásicos, cuyas lecturas le enseñaron la humanidad indispensable
para descender a los infiernos de la conciencia. Ángela Molina
9 Cicatriz. Sara Mesa. Anagrama
Cicatriz es una novela distinta. Está escrita en presente,
un presente seco que la dota de una veladura de frialdad. Es la historia
perversa de una obsesión doble, la de un hombre que accede a la vida de
una mujer a través de Internet y la de una mujer que se deja atraer por
la curiosidad. Es la irrupción a distancia del azar en una vida
insatisfecha donde la irrealidad consentida destruye aún más que la
realidad. Es una suerte de negativo de la vida en pareja y del
fetichismo consumista. La narración se apoya sobre todo en detalles
implacables. Una verdadera revelación. José María Guelbenzu
10 La mujer de pie. Chantal Maillard. Galaxia Gutenberg
Todo empieza con una imagen que a todos nos puede resultar familiar:
la del ser querido, tumbado en la quietud de una cama enferma, y en el
minuto exacto que antecede a la oscuridad. Chantal Maillard rememora la
escena de la muerte de su madre en las primeras páginas de La mujer de pie
—ese libro que es a veces ensayo, a veces poema, a veces diario— no
para lamentarse, ni para dolerse, sino para preguntarse qué es el duelo y
cuántas heridas harían falta para derribar a este cuerpo nuestro al que
ella, a pesar de todo, ha aprendido a mantener en pie. Luna Miguel
-----------------------------------------------Del 11 al 20
11. La niña perdida. Elena Ferrante. Traducción de Celia Filipetto Isicato. Lumen.
12. La habitación de Nona. Cristina Fernández Cubas. Tusquets.
13. La familia Karnowsky. Israel Yehoshua Singer. Traducción de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís. Acantilado.
14. En movimiento. Una vida. Oliver Sacks. Traducción de Damià Alou. Anagrama.
15. Cynthia Ozick. Cuentos reunidos. Traducción de Eugenia Vásquez Nacarino. Lumen.
16. La muerte juega a los dados. Clara Obligado. Páginas de Espuma.
17. Tierra negra / El Holocausto como historia y advertencia. Timothy Snyder. Traducción de Paula Aguiriano, Inés Clavero, Irene Oliva y David Paradela. Galaxia Gutenberg.
18. Por las fronteras de Europa / Un viaje por la narrativa de los siglos XX y XXI. Mercedes Monmany. Galaxia Gutenberg.
19. Aquí. Richard McGuire. Traducción de Esther Cruz. Salamandra.
20. Virginia Woolf. La vida por escrito. Irene Chikiar Bauer. Taurus.
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