Desde
finales del siglo XVIII, en el seno del temprano movimiento alemán Sturm
und Drang (‘Tempestad y empuje'), el teatro se convirtió en un
instrumento para cuestionar los principios del Neoclasicismo y defender los ideales románticos: sentimientos frente a
razón, personajes rebeldes frente a personajes convencionales, inspiración y
libertad creadora frente a normativa clásica o intención de conmover frente a
finalidad didáctica... Por eso rechazan el teatro burgués ligado a los ideales de
la Ilustración y recuperan como modelos dramáticos las obras de autores de los
siglos XVI y XVII: William Shakespeare, Lope de Vega o Calderón de la Barca.
Los principales rasgos del teatro romántico son los siguientes: - Los temas se conforman en torno a principios románticos fundamentales como la libertad, la justicia, el amor o el destino.
Autores y obras más representativos del teatro romántico:
- Friedrich Schiller (1759-1805) es uno de los principales representantes del Sturm und Drang, por lo que sus primeros dramas muestran la exaltación de los ideales románticos en torno a la libertad, la justicia, el amor o la naturaleza: Los bandoleros, La conjuración de Fiesco, Don Carlos,La doncella de Orleans que está protagonizada por Juana de Arco y Guillermo Tell cuyo protagonista es el legendario héroe libertador de Suiza.
- Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) -poeta, narrador, dramaturgo y científico alemán escribió varias obras de teatro, pero su obra cumbre es Fausto. El argumento de Fausto tiene su origen en una antigua leyenda germánica del siglo VI sobre un sabio que pacta con el diablo. Se trata de una obra extensa y en verso que no está destinada a la representación. Goethe la elaboró durante casi toda su vida, por lo que plasma sus preocupaciones constantes en torno a la verdad, la ciencia o la búsqueda de la utopía, aunque su estilo varía desde la exaltación romántica de la juventud hacia la serenidad de la madurez.
- En Francia triunfaría un teatro inclinado al sentimentalismo y al efectismo más truculento. Victor Hugo (1802-1885), es el autor frncés más representativo. El estreno de su obra Hernani supuso un auténtico revulsivo en el enfrentamiento entre clasicistas y románticos, además de marcar el triunfo definitivo del Romanticismo en Francia.
- La acción de Hernani se sitúa en España durante el siglo XVI y combina amor, honor, venganza y fatalidad en torno a una historia de amor entre un bandido de origen misterioso, Hernani, y doña Sol, pretendida también por el noble Ruy Gómez de Silva y por el mismo rey; tras muchas peripecias, en la boda de los enamorados se presenta don Ruy a quien Hernani debe entregar a su amada debido a un asunto de honor pendiente; frente a este destino, los enamorados deciden envenenarse y terminar con su vida.
En la misma línea del teatro francés, el teatro romántico en España fue tardío pero tuvo gran éxito de público. Algunos de los representantes más señalados fueron Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865) con Don Álvaro o la fuerza del sino ; Antonio García Gutiérrez (1813-1884) con El trovador; Juan Eugenio Hartzenbush (1806-1880) con Los amantes de Teruel; y José Zorrilla (1817-1893) con Don Juan Tenorio.
José Zorrilla - Don Juan Tenorio
Primera Parte: Acto I, Acto II, Acto III, Acto IV
Segunda Parte: Acto I, Acto II, Acto III
Don Álvaro o la fuerza del sino,
obra del duque de Rivas se estrenó en 1835 con gran éxito. La trama
gira en torno a un amor imposible que no podrá sortear los obstáculos
impuestos por el código del honor ni los designios del destino: el
marqués de
Calatrava prohíbe la relación entre don Álvaro, indiano de linaje
desconocido,
y su hija Leonor, perteneciente a la nobleza sevillana; cuando los
enamorados
son descubiertos, la pistola del protagonista se dispara y mata
accidentalmente
al marqués. Aquí se inician los infortunios de la pareja que, tras
renunciar a su relación y separarse, acaba muriendo de
forma trágica.
Jornada V, Escena X
Los MISMOS y DOÑA LEONOR, vestida con un saco, y esparcidos los
cabellos,pálida y desfigurada, aparece a la puerta de la gruta, y se oye
repicar a lo lejos las campanas del convento
DOÑA LEONOR. Huid, temerario; temed la ira del cielo.
SAAVEDRA, ÁNGEL DE, DUQUE DE RIVAS. Don Álvaro o la fuerza del sino. Madrid: Biblioteca Anaya didáctica, 1986
DON ÁLVARO. (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo.) ¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué acento!... ¡Es un espectro!... Imagen adorada... ¡Leonor ¡Leonor! DON ALFONSO. (Como queriéndose incorporar.) ¡Leonor!... ¿Qué escucho? ¡Mi hermana! DOÑA LEONOR. (Corriendo detrás de don Álvaro.) ¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?... Conozco su voz... Él es... ¡Don Álvaro! DON ALFONSO. ¡Oh furia! Ella es... ¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!... ¡Leonor!!! DOÑA LEONOR. ¡Cielos!... ¡Otra voz conocida!... ¿Mas qué veo?... (Se precipita hacia donde ve a DON ALFONSO.) DON ALFONSO. ¡Ves al último de tu infeliz familia! DOÑA LEONOR. (Precipitándose en los brazos de su hermano.) ¡Hermano mío!... ¡Alfonso! DON ALFONSO. (Hace un esfuerzo, saca un puñal, y hiere de muerte a Leonor.) Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra... Muero vengado. (Muere.) DON ÁLVARO. ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?... ¿Tan cerca de mí estabas?... ¡Ay! (Sin osar acercarse a los cadáveres.) Aún respira... aún palpita aquel corazón todo mío... Ángel de mi vida... vive, vive... yo te adoro... ¡Te hallé, por fin... sí, te hallé... muerta! (Queda inmóvil.) |
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