Abraham Stoker fue un descatado escritor y novelista irlandés de
finales del siglo XIX y principios del XX. Hoy en día se le recuerda
principalmente por escribir Drácula, una de las mejores historias de
terror de todos los tiempos
El personaje que sin duda sobresale de la bibliografía de Bram Stoker
es Drácula, protagonista de su obra más importante, y uno de esos
personajes que marcan un antes y un después de su creación. Uno de los
personajes que más impacto ha tenido en el mundo literario y,
posteriormente, el mundo cinematográfico.
El origen de la figura de Drácula no está del todo claro. Se supone que Bram Stoker se basó en la historia de VladDraculea, conocido como “el empalador”.Era Príncipe de Valaquia, una antigua región de Rumania, el cual bebía la sangre de sus enemigos empalados. Draculea se puede traducir como “hijo del diablo” o “hijo dragón”, título nobiliario que heredaría su hijo y sucesor, Vlad III, el cual también era conocido por sus barbaridades e historias sangrientas.
Bram Stoker utilizó toda la información que obtuvo de sus reuniones con un erudito experto en historia oriental y húngara, el cual le contaba las misteriosas historias protagonizadas por el extraño Príncipe.
Además utiliza escritos ya existentes que ya hablaban sobre la figura de los vampiros, también llamados chupasangre, presentes en historias muy antiguas provenientes de muchos lugares distintos, desde la antigua Roma, hasta la China imperial, pasando por el pueblo azteca.
El escritor va acumulando toda esta información y va moldeando al personaje según los criterios de la época. Compone un Drácula de aspecto humano, pero que en el fondo es un ser monstruoso,movido por la necesidad de matar para sobrevivir, pero que tiene una gran carga de romanticismo, que lo hace más humano a la vez.
Ya existían novelas sobre vampiros, de diferentes aspectos, pero todos compartían la necesidad de obtener la vida de los mortales. Destacan novelas como El vampiro, de John William Polidori, Varney el vampiro, de James Malcolm Rymer, “Beredice”, de Edgar Allan Poe, o uno de los que más influyeron en Stoker, Sheridan Le Fanu con su novela corta Carmilla.
Durante los siete años en los que fue dando forma a su novela, Stoker
siempre tuvo en mente el título de “Theundead” (“El no muerto”), y no
lo cambió hasta poco antes de su publicación definitiva.El origen de la figura de Drácula no está del todo claro. Se supone que Bram Stoker se basó en la historia de VladDraculea, conocido como “el empalador”.Era Príncipe de Valaquia, una antigua región de Rumania, el cual bebía la sangre de sus enemigos empalados. Draculea se puede traducir como “hijo del diablo” o “hijo dragón”, título nobiliario que heredaría su hijo y sucesor, Vlad III, el cual también era conocido por sus barbaridades e historias sangrientas.
Bram Stoker utilizó toda la información que obtuvo de sus reuniones con un erudito experto en historia oriental y húngara, el cual le contaba las misteriosas historias protagonizadas por el extraño Príncipe.
Además utiliza escritos ya existentes que ya hablaban sobre la figura de los vampiros, también llamados chupasangre, presentes en historias muy antiguas provenientes de muchos lugares distintos, desde la antigua Roma, hasta la China imperial, pasando por el pueblo azteca.
El escritor va acumulando toda esta información y va moldeando al personaje según los criterios de la época. Compone un Drácula de aspecto humano, pero que en el fondo es un ser monstruoso,movido por la necesidad de matar para sobrevivir, pero que tiene una gran carga de romanticismo, que lo hace más humano a la vez.
Ya existían novelas sobre vampiros, de diferentes aspectos, pero todos compartían la necesidad de obtener la vida de los mortales. Destacan novelas como El vampiro, de John William Polidori, Varney el vampiro, de James Malcolm Rymer, “Beredice”, de Edgar Allan Poe, o uno de los que más influyeron en Stoker, Sheridan Le Fanu con su novela corta Carmilla.
Debido al poco tiempo del que disponía para escribir por culpa de las giras del Lyceum Theatre, la novela acaba siendo una composición de capítulos que están escitos en forma de entradas de un diario, telegramas y cartas personales. Esta forma de estructurar la novela le dio además un aire diferente y novedoso. Al carecer de una narración en tercera persona, es el lector quien debe asumir la tarea de enlazar los capítulos y las historias que no quedan perfectamente unidas, debido a la falta de una narración realizada por la misma persona.
El éxito se debió en gran parte en la mezcla de novela gótica y de terror, pero con tintes sobrenaturales, que creó Bram Stoker, ya que en esa época comenzaban a producirse avances científicos que chocaban con la tradición religiosa de entonces. Y no hay que olvidarse del fondo romántico de la novela, que fue algo totalmente novedoso para una historia de terror.
Leída ahora nos parece una novela “de época”, donde no nos sorprende la aparición de una cámara de fotos portátil o un fonógrafo, pero en el momento en el que se editó “Drácula”, eran unos aparatos que provocaban una gran sorpresa por lo novedosos e increíbles que resultaban.
Fue de tal magnitud el éxito de “Drácula”, que el resto de la obra de Bram Stoker se vio ensombrecida por la misma, resultando un lastre en ese sentido, y que llevó al escritor a pasar sus últimos días viviendo en la miseria y en un olvido casi absoluto.
También hay que reconocer que el resto de la obra del escritor no sobresale demasiado ninguna otra novela o relato, por lo que se potencia aún más esa diferencia de calidad y/o éxito entre “Drácula” y el resto de sus trabajos.
Hoy en día sigue siendo considerada una de las novelas más importantes de la historia, tanto por su calidad literaria, como por la revolución que supuso en el momento de su publicación, como por la gran influencia posterior que ha supuesto para otros escritores, e incluso cineastas.
Más de un centenar de películas, rodadas en los países más diversos, han presentado al público la negra silueta y los afilados colmillos del sangriento conde de Transilvania, y algunas se han hecho merecidamente famosas.
Fotograma de Nosferatu (1922), de Friedrich Wilhelm Murnau, primera adaptación fílmica de la novela
Entre ellas destacan Nosferatu, de
Friedrich Wilhelm Murnau, con decorados del más puro expresionismo
alemán, y ya desde los mismos comienzos mudos del cine (1922); y la
clásica Drácula de Tod Browning (1931), una verdadera joya del
terror rodada en blanco y negro con una atmósfera inquietante que se
consigue a base de penumbras, nieblas y medias luces, y con el vampiro
encarnado por un atormentado Bela Lugosi.
Bela Lugosi en Drácula (1931), de Tod Browning
Sin duda una novela imprescindible, que consigue atraparte y meterte de lleno en su historia, y que incluso a día de hoy sigue resultando una de las fuentes de inspiración más grande que se han publicado nunca.
AQUÍ puedes leerla.
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