viernes, 1 de febrero de 2013

¿Matemáticas y Poesía?

Hoy 1 de febrero hace un año que falleció  la escritora y poeta  polaca Wislava Szymborska. Vivía en Cracovia y fue Premio Nobel de Literatura en 1996.
 Como homenaje  traemos aquí dos poemas de naturaleza matemática (también esta ciencia era una de sus pasiones).  El primero de ellos es sobre el número Pi; el segundo sobre Estadística.
                                                                    EL NÚMERO PI


El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de digitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
 directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aqui dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.



  “Factores para la Estadística”
  Sobre cien personas
las que saben todo mejor
-cincuenta y dos;
inseguras de cada paso
-casi todo el resto;
dispuestas a ayudar,
siempre que no vaya para largo
-¡hasta cuarenta y nueve!;
siempre buenas,
porque no son capaces de otra cosa
-cuatro, bueno, quizá cinco;
que pueden admirar sin envidia
-dieciocho;
que viven en permanente temor
de alguien o algo
-setenta y siete;
capaces de ser felices
-veinte y pico, como mucho;
inofensivas de a uno,
salvajes en multitudes
-más de la mitad, seguro;
crueles,
cuando las obligan las circunstancias
-es mejor no saberlo
ni siquiera por aproximación;
sabias después de una calamidad
-pocas más
que sabias antes de la calamidad;
que no toman de la vida más que las cosas
-cuarenta,
aunque quisiera equivocarme;
encogidas, doloridas
y sin linterna en la oscuridad
-ochenta y tres,
más temprano o tarde;
dignas de compasión
-noventa y nueve;
mortales
-cien sobre cien.
Número que por ahora no ha variado.

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