Comenzamos la segunda semana de febrero y llegamos al 14 de febrero,uno de los días más celebrados en todo el mundo: el Día de San Valentín o de los Enamorados.
Grandes escritores, en todas las lenguas y en todas las épocas, han puesto algunos de sus versos más conocidos al servicio del amor. Y es que hay pocos sentimientos tan universales como el amor.
Rubén Darío, Lope de Vega, Machado, Unamuno, Lorca, Guillén, Neruda, Benedetti, Carolina Coronado, Espronceda, Miguel Hernández, Santa Teresa, Bécquer, Alberti, Amado Nervo, Rosalía de Castro, Campoamor, Gabriela Mistral......
Os proponemos la lectura de tres bellísimos poemas de uno de los poetas del amor por antonomasia, el sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), autor de las maravillosas Rimas y Leyendas, obra cumbre del Romanticismo literario español.
De esta antología poética y novelesca hemos seleccionado tres bellísimos poemas que cantan al amor y a su inseparable compañero ... el desamor y al amor eterno.
De esta antología poética y novelesca hemos seleccionado tres bellísimos poemas que cantan al amor y a su inseparable compañero ... el desamor y al amor eterno.
Rima X
Los invisibles átomos
del aire
en derredor palpitan y
se inflaman,
el cielo se deshace en
rayos de oro,
la tierra se estremece
alborozada,
oigo flotando en olas
de armonías
rumor de besos y batir
de alas,
mis párpados se
cierran... ¿Qué sucede?
—¡Es el amor que pasa!
Rima LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros
nombres...
¡esas... no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar, ...
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
Rima XCI
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