Hasta el siglo XII la prosa literaria estaba escrita en latín. Gracias al impulso renovador de Alfonso X y la Escuela de Traductores de Toledo, la lengua castellana alcanzó la madurez necesaria para la aparición de los primeros textos narrativos.
ALFONSO X, EL SABIO
Alfonso X pretendió conservar por escrito todo lo que tenía importancia política, social, económica o científica,
de ahí la gran variedad temática que presenta su obra.En los siguientes enlaces podéis ver los manuscritos de sus interesantes libros:
- Ciencias:
- Derecho:
- Juegos y entretenimientos:
- Libro del axedres e dados e tablas (catálogo de una edición facsimilar).
- Historia:
Para saber más de este Rey Sabio podéis visitar la Biblioteca Virtual Cervantes
Además de su obra en prosa, hay que recordar que escribió las Cantigas de Santa María en gallego portugués.
COLECCIONES DE CUENTOS o EXEMPLOS
A lo largo del siglo XIII, el castellano
servirá ya también de vehículo a la prosa de ficción. Son numerosas las
colecciones de cuentos o exemplos también de origen oriental, como el Calila e Dimna y el Sendebar.
Calila e Dimna
es una colección de cuentos de origen oriental, que se ciñen al modelo
de preguntas y respuestas propio de los manuales de educación de
príncipes. En este caso, el diálogo se produce entre un rey y un
filósofo. Las preguntas dan paso a fábulas protagonizadas por animales
entre los que dos chacales, Calila y Dimna, son los que más relatos
protagonizan. Don Juan Manuel copiará la estructura de este libro para
su Libro del conde Lucanor.
Para leer el texto completo, pulsa aquí.
El Sendebar, también llamado Syntipas o Libro de los engaños (debido a su título completo, Libro de los engaños e los asayamientos de las mujeres), es un libro de cuentos o exempla castellano de mediados del siglo xiii, que recoge una colección de cuentos árabes que a su vez proceden de la tradición cuentística persa o hindú.
El pretexto narrativo que
enmarca los cuentos es la leyenda del hijo único de Alcos, rey de
Judea, que rehúsa los ofrecimientos amorosos de una de las mujeres del
harén de su progenitor. Este rechazo provoca que la cortesana lo acuse
falsamente de intentar violarla, en conexión con el motivo bien conocido
de la madrastra malvada. El joven príncipe es sentenciado a muerte y,
por consejo de su ayo Çendubete, se ve obligado a guardar silencio por
espacio de siete días. Para entretener la espera de su destino, los
sabios de la corte le narran cuentos que, en correspondencia con estos
antecedentes, tienen carácter misógino; entre estos, su madrastra cuenta
otros que tienen por objeto condenar al infante. El desenlace,
sentenciado por el rey, es la condena de su madrastra a morir en un
“caldero seco” al fuego, mientras que el príncipe se salva.
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