jueves, 10 de octubre de 2019

La lírica tradicional



Las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo galaico-portuguesas y los villancicos castellanos son las modalidades de una lírica común  a toda la Península. En palabras de Menéndez Pidal, son como “tres ramas de un tronco común: el tronco de la lírica tradicional popular”. Se trata de breves cancioncillas que entona, normalmente, una mujer enamorada.

LAS JARCHAS 

Mirad esta estupenda presentación sobre las jarchas:

 
  
Como sabéis, las jarchas han llegado hasta nosotros porque poetas árabes cultos, al descubrir su belleza, decidieron incluirlas al final de poemas suyos: las moaxajas. Si tenéis curiosidad en oír uno de estos poemas, en este vídeo podéis escuchar una:



                       CANTIGAS DE AMIGO
Las cantigas de amigo también son textos donde la voz protagonista es femenina. Una mujer habla de su amor. Aquí tiene más presencia la naturaleza y, sobre todo, el mar. Por otra parte, no hay que olvidar el recurso “estrella” de las cantigas: el paralelismo, que produce ritmo y provoca la inmovilidad lírica: el tema no progresa, se repite. Aquí os dejo varias cantigas para que disfrutéis de ellas.
Podéis empezar con Ondas do mar de Vigo, de Martín Codax


 


 Esta otra cantiga se llama Mia irmana fremosa:


   


Tres moças cantavan d'amor (Cantiga de Amigo, s.XIII)


                  VILLANCICOS CASTELLANOS


Por último, los villancicos castellanos son canciones populares que datan del siglo XV hasta finales del XVII. Están escritos en castellano y comparten temática con las jarchas y las cantigas, aunque presenta una mayor variedad en los temas, destacando las albas (que cuentan el encuentro o la despedida de los amantes al amanecer), las mayas (que celebran la llegada del mes de mayo), los villancicos de vela, de trabajo, de serranas, las quejas de la malcasada...  Aquí os dejo algunos 

El primero es el titulado Al alba venid, buen amigo y se encuentra recogido en el Cancionero Musical de Palacio:



También del Cancionero Musical de Palacio procede este titulado ¿Qué me queréis, caballero?


  


 

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