«Decíamos ayer…»
INFLUENCIAS FILOSÓFICAS Y POÉTICAS
Fray Luis cultivó su poesía —y también sus obras en prosa— en el marco del auge de la literatura espiritual que caracterizó la segunda mitad del siglo XVI
En la poesía de fray Luis de León influyeron las principales corrientes de pensamiento de la época:
NeoplatonismoEl neoplatonismo es una doctrina filosófica que procede de Egipto. Su principal representante fue Plotino (siglo III). En el Renacimiento italiano el neoplatonismo influyó sobre Marsilio Ficino, Pietro Bembo y Pico della Mirandola.
Los neoplatónicos creen en la existencia del Uno (identificable con Dios y con todo lo absoluto y perfecto), que ha hecho surgir por emanación a todos los demás seres.
Esta escuela filosófica propugnaba una visión idealizada del universo, la naturaleza y el hombre, en los que es posible percibir la condición del Creador. Para fray Luis, la música y la poesía humanas son un intento de imitación de la música divina: la armonía que rige el universo. En este orden de cosas, el hombre se halla rodeado de una oscuridad que le impide conocer a Dios si no alza la vista a las luminarias celestes.
PitagorismoEn la concepción pitagórica, todo puede reducirse a números, incluidos los elementos musicales. A cada cuerpo celeste le corresponde un número y produce, al moverse, un sonido que concuerda con el de los demás astros y, así, se va conformando una melodía perfecta. El alma debe ascender a las esferas superiores, momento en el que experimenta la mayor dicha, pues contempla al ser divino.
Estoicismo
Esta filosofía propugnaba la capacidad del hombre para vencer las pasiones (el amor, el odio, la esperanza y el miedo) y conseguir así la paz y el temple necesarios para afrontar los avatares de la vida. La tranquilidad y el bien se pueden alcanzar, entre otros medios, a través del conocimiento de uno mismo y llevando una existencia apartada.
EL BEATUS ILLE Y LA VIDA RETIRADALa temática de las cuarenta composiciones líricas de fray Luis de León se centró en el anhelo de la paz espiritual: vivir para Dios, buscar la paz y la libertad en la soledad de la naturaleza, en la armonía de la música, en la riqueza. Fray Luis es un ejemplo palmario de la imitatio renacentista: es el poeta del siglo XVI que mejor supo armonizar el mundo clásico — al griego Homero y a los latinos Horacio y Virgilio— y la literatura italiana del Quattrocento con la tradición bíblica Se impregnó del amor a la naturaleza, como refugio de los males de la sociedad.
En su búsqueda de la paz interior, fray Luis recurrió al beatus ille (“feliz aquel”), tópico clásico cuyo origen se remonta a Horacio. Con él expresa el anhelo por la vida retirada en la paz del campo frente al ajetreo de la vida en las ciudades, así como el desprecio por la ambición que mueve a quienes desean medrar en ellas (es decir, el otium frente al negotium).
Este anhelo de paz interior enlaza con la idea de que el contacto del hombre con la naturaleza lo acerca al Creador y lo aleja de las tentaciones mundanas; es un paso en la búsqueda de Dios y del ambiente necesario para la creación.
LA OBRA POÉTICA DE FRAY LUIS
La mayor parte de sus obras poéticas son odas que, curiosamente, no fueron publicadas durante su vida, sino cuarenta años después de su muerte por Francisco de Quevedo. Fray Luis demuestra en sus obras ser un gran clásico, como lo fue Garcilaso en la primera mitad del siglo.
Oda a la vida retirada
Es una composición poética que consta de 40 liras, en la que fray Luis de León imita la más famosa oda de Horacio quien, recreando el tópico del Beatus ille, elogia la vida campestre, cercana a la naturaleza y alejada de las riquezas y vanidades del mundo, ideal que también comparte nuestro poeta. Podéis escucharla en una magnífica lectura (desafortunadamente, desconozco quién es el actor que lo ha leído, pero es fantástico.)
Otras famosas odas de fray Luis de León
La Oda a la noche serena, A Francisco de Salinas y el tercer poema dedicado a Felipe Ruiz (¿Cuándo será que pueda?) recogen el deseo de fray Luis de contemplar la armonía divina. Aunque fray Luis nunca fue un místico, sino un asceta que no alcanzó la culminación del proceso espiritual de identificación con Dios, en estos poemas consigue transmitir el sentimiento de unión con lo absoluto.
En el caso de la Oda a la noche serena, la belleza y la armonía del universo ayudan al poeta a acercarse a la plenitud.
En la segunda de estas odas, fray Luis alaba la música de su amigo Francisco Salinas, compositor y humanista, y colega de fray Luis en el claustro de la Universidad de Salamanca. En ella el poeta expresa los efectos físicos y espirituales que, a su juicio, produce esta música sobre el que la escucha.
Odas religiosas (En la Ascensión y Morada del cielo) y alguna de asunto épico, como Profecía del Tajo, acerca del tema tradicional del rey don Rodrigo y la pérdida de España.
EL ESTILO DE FRAY LUIS DE LEÓN
La imitación de los modelos latinos se plasma en un estilo armonioso y dulce, donde los versos, agrupados principalmente en liras garcilasianas, se desgranan con una evidente sensación de espontaneidad, de tal modo que parecen surgidos sin esfuerzo. El propio fray Luis quiso quitar mérito a su producción poética: “en mi mocedad se me cayeron de las manos estas obrecillas”. Sin embargo, sabemos cuánto trabajó en pulir todo lo que escribía y en intentar lograr para el castellano la misma consideración de lengua culta que gozaba el latín.
Es consciente de su esfuerzo de fino estilista —”Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma”—: “es nuevo y camino no usado por los que escriben en esta lengua poner en ella número [ritmo], levantándola del decaimiento ordinario”, afirma en De los nombres de Cristo; y continúa en la Exposición del Libro de Job: “lo que se habla con elocuencia […] es oído con atención y deseo” porque “al que razona concertada y provechosamente, los oyentes, como interiores y sujetos lo oyen, y con la copla de sus palabras escogidas y bien puestas, cae en sus oídos, y de sus oídos pasa al ama, y cría en ella juicios y voluntades, y movimientos buenos y santos; y óyenle con sed y con gusto, y apetece oírle si cala, y cuando calla, le piden y demandan que hable.”
Algunos de los rasgos que destacan en sus obras son:
- Una cuidada selección léxica.
- Una constante simetría en la construcción de las estrofas.
- Violentos encabalgamientos.
- Intensa presencia del yo del autor.
- Abundantes recursos retóricos: hipérbaton, paralelismo, polisíndeton, asíndeton y anáforas.
- Su poesía está dirigida a una segunda persona, ello explica el carácter conversacional que suelen tener: abundantes exhortaciones, preguntas retóricas, enumeraciones, etc.
- Traducción del Cantar de los Cantares
QUIERO SABER MÁS…
Fray Luis de León es una figura indispensable para entender el Renacimiento español, la página web de la Biblioteca Virtual Cervantes nos ofrece abundante material para facilitar la lectura y el conocimiento de la obra de fray Luis.
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