Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) Premio Nacional de Poesía por Cuaderno de vacaciones (Visor) un libro
en el que pueden leerse versos como estos: “Los mortales estamos hechos
de veinte piezas:/diecinueve salvajes y una civilizada”. Un libro de poemas que no los escribió todos en agosto: “Son más bien el fruto de pasar a
limpio ideas que me rondan todo el año y que escribo cuando desconecto”.
Tiene, eso sí, algo de divisa vital porque todo lo cuenta con
entusiasmo: “Es que yo escribo por placer, no por deber. No entiendo a
los que sufren escribiendo. Si sufres, déjalo”.
Luis Alberto de Cuenca es filólogo,
poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario,
investigador... Un hombre del Renacimiento, de no ser porque su
formación la realizó en Filología Clásica. Es investigador del CSIC y ha
sido director de la Biblioteca Nacional (1996-2000) y Secretario de
Estado de Cultura (2000-2004). Ha publicado libros como La caja de plata (1985; Premio de la Crítica), El hacha y la rosa (1993), Sin miedo ni esperanza (2002), La vida en llamas (Premio Ciudad de Melilla, 2006), El reino blanco (2010) y Cuaderno de vacaciones
(2014).
También ensayista y narrador, ha traducido —entre muchos otros— a Calímaco, Eurípides, Homero, Horace Walpole, Apolonio de Rodas, Virgilio, Chrétien de Troyes, Ramón Llull o Marcel Schwob.
También ensayista y narrador, ha traducido —entre muchos otros— a Calímaco, Eurípides, Homero, Horace Walpole, Apolonio de Rodas, Virgilio, Chrétien de Troyes, Ramón Llull o Marcel Schwob.
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
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