Cortázar, traductor, dramaturgo, poeta y excelente autor del relato
corto fue uno de los escritores que revolucionaron la literatura, al
romper todos los moldes clásicos que escapan de la linealidad temporal y
donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad
psicológica,falleció un 12 de febrero de 1984.
Julio Cortázar, de padres argentinos y nacido en Bélgica en agosto de
1914, cursó sus estudios primarios y los completó con los de magisterio
y letras. Durante cinco años trabajó como maestro rural y luego
como traductor de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Parte de su vida la pasó en Argentina, Italia, España, Suiza y
Francia, último país en el que se estableció en 1951 y en el que
ambientó algunas de sus obras. Sin embargo, no fue sino hasta 1981
cuando recibió la ciudadanía francesa
.
En 1963 publicó su obra maestra “Rayuela”, que marcó un estilo al
poderse leer cronológicamente o a saltos por capítulos como un juego de
cuadros trazados en el piso, según un tablero diseñado por el autor,
quien pensó titularla Mándala en un primer momento en referencia al
símbolo circular que se encuentra desde el comienzo de la humanidad.
Al ser preguntado sobre el significado de “Rayuela”, Cortázar expresó
que “de alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa
de llevarla a la escritura”.
Pese a que Julio Cortázar es reconocido principalmente por su
narrativa, escribió gran cantidad de poemas en prosa e incluso poemas en verso. También colaboró en publicaciones en distintos países, grabó sus
poemas y cuentos, escribió letras de tangos y le puso textos a libros
de fotografías e historietas.
En 1963 visitó Cuba, invitado por Casa de las Américas, para ser
jurado en un concurso y a partir de ese momento nunca dejaría de
interesarse por la política latinoamericana.
Entre sus obras destacan Bestiario, Final de juego, Las armas
secretas, Historias de cronopios y famas, La vuelta al día en ochenta
mundos, entre otros numerosos volúmenes de relatos, así como de las
novelas Los premios, El libro de Manuel y El diario de Andrés Fava.
Instrucciones para subir una escalera
"Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de
manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y
luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a
una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea
quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la
mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la
horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño
o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos
elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior,
principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra
combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero
incapaces de transladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso."
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso."
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